Quien se mantiene fiel a Dios se vuelve merecedor de una nueva vida… pues Dios trata y hace pacto con los fieles.
Es necesario que hagamos un pacto de fidelidad con Dios, un pacto que no debe ser quebrado por mentiras, infidelidades o cualquier tipo de pecado, ya que esto traicionaría el pacto.
Quien se mantiene fiel a Dios se vuelve merecedor de una nueva vida.
Cada uno tiene el derecho de elegir ser el o no; es verdad que todos pecan, sin embargo, hay una gran diferencia entre ser un pecador y vivir en el pecado, pues quien así vive no tiene ni tendrá parte con Dios.
Las malas noticias vienen para todos, y los fieles, eligen ir al altar del sacrificio, porque saben, que el altar es el lugar del desafío por una respuesta.
Dios trata y hace pacto con los fieles.
Si hasta hoy usted no ha sido fiel con Dios (consecuentemente con nada ni con nadie a su alrededor), a partir de este momento puede decidir serlo. Cuando usted es el, el fuego de Dios desciende y le proporciona una nueva vida.
La felicidad parecía algo inalcanzable para mí.
“Un día estaba en la calle con planes de suicidarme cuando recibí una invitación para la Iglesia Universal. Acepté, comencé a participar y mi vida mejoró mucho, sin embargo, mi mayor error fue haber priorizado apenas los milagros y no lo principal, el Espíritu Santo, motivo por el cual dejé de asistir a las reuniones, porque según yo “no tenía tiempo por el buen trabajo que había conseguido”.
Tiempo después los problemas volvieron a surgir, perdí aquel trabajo, volví a pelear con mi esposo, nos golpeábamos y nos separamos. Pasaba muchas necesidades al punto de dormir en el piso con mi hijo, en medio de esa situación me acordé de la Iglesia, aunque no fue fácil, decidí volver a frecuentar las reuniones, pedí perdón a Dios, prioricé el Espíritu Santo y Lo recibí. Mi familia fue restaurada, la relación con mi esposo es totalmente diferente y prosperamos gracias a Dios.
En el 2021 me dieron la noticia de que estaba embarazada, estaba muy feliz, pero después de los primeros controles el doctor me dijo que mi hija tendría Síndrome de Dowm o Mongolia. Eso me entristeció, pero a la vez mi fe no aceptaba ese diagnóstico, después dijeron que la niña tenía un problema en el corazón. Sin embargo, decidí hacer un voto con Dios y confié.
Mi hija nació perfecta, no tiene ningún defecto patológico, ni ningún problema de salud, hasta el médico se sorprendió.
•• Ivon y familia