“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. “Romanos 8:35-39
Podemos entender claramente en este texto, que no existe absolutamente nada que nos pueda separar del amor de Cristo, sin embargo, muchas personas a causa del aislamiento, se han permitido enfriarse en la fe, espiritualmente se han alejado de Dios.
¿Será que esta situación le llevó a sentirse frío y débil espiritualmente? ¿Será que esta situación le hizo quebrar su pacto de fidelidad con Dios?
De ser así, debe renovar su fe y confianza en las Palabra de Dios, pues ésta dice que “nada creado nos podrá separar de Dios”, este virus que azota al mundo fue creado, pero no tiene el poder de separarle del Altísimo. Depende de usted, que no debe dejar que nada anule su alianza con Dios.
Hemos visto en estos días, a personas que aún en el aislamiento, continúan siendo fieles a Dios a la distancia, por eso, en vez de quedarse esperando que todo termine, ellos han visto en medio de la crisis una oportunidad para emprender sus propios negocios, incluso está teniendo más ingresos que antes, obviamente ellos anhelan estar de nuevo en las reuniones presenciales en la Iglesia, pero, aunque por el momento no sea posible, no se someterán a la opresión de la pandemia.
En esta vida se podría perder todo, menos a Dios, pues todo se sujeta a Él. De ahí surge la importancia de mantenerse firme y fiel en la presencia de Dios, sin permitir que las luchas, los obstáculos y la situación actual del mundo le debilite y le aleje de Él. Por el contrario, esta situación debe tornarle una persona más fuerte, que no acepta la derrota, que se indigna en contra de la situación.
Amigo lector, vea cuan importante es tener una comunión estrecha con Dios, pues estar bien con Él produce una fe que se levanta contra los problemas, además, quien es fiel, sabe cuales son sus derechos delante del Creador, por lo tanto, tiene moral para cobrarlos de Él que es justo.
La promesa de Dios no es apenas para obtener la cura, prosperidad, transformar familias, unir parejas, va mucho más allá, salvarlo y llevarlo a la eternidad con Él, pues Su obra es completa, como está escrito en Filipenses 1:6:
“Estoy convencido precisamente de esto: que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.”