El suicidio es un acto que ha sido considerado íntimo, privado y absolutamente individual. Sin embargo, se manifiesta como un fenómeno de alto alcance y grandes riesgos y pérdidas para la humanidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha venido considerando como una de las principales amenazas a la salud mundial; de hecho, los pensamientos y tendencias suicidas afectan la seguridad de ciudadanos/as individualmente y de la ciudadanía en su conjunto.
El suicidio es visualizado como un escape a un problema o una crisis que produce intenso sufrimiento y que, de acuerdo a especialistas, está asociado con la insatisfacción de necesidades, las sensaciones del sin sentido y la desesperanza. La persona con tendencias suicidas atraviesa una serie de conflictos ambivalentes entre la supervivencia y la muerte; el deseo de morir no siempre es concreto, mas las opciones de vida se reducen y le dejan a la persona con una sola salida: el escape de la vida.
Existe un rango entre el pensar acerca del suicidio y ejecutarlo. Hay personas que sólo tienen ideas suicidas en su mente; otras que las planifican por días, semanas, meses e incluso años, hasta finalmente consumarlas; y otras que lo hacen de manera impulsiva y sin previa premeditación.
La principal causa de que una persona tenga deseos de suicidarse, es por un mal espiritual, que va actuando en cada uno de los ámbitos de la vida de la persona, acorralándolo a un camino sin salida, lo aísla y lo hace creer que ya no encuentre una solución para sus problemas, dejándolo vulnerable hasta que llega a la muerte.
Estaba enferma, desempleada y pensaba en acabar con mi vida
Antes de llegar a la Iglesia Universal, era una persona depresiva con un vacío en mi interior y pensaba en quitarme la vida, estaba enferma y los doctores me habían detectado un mioma en el cuello uterino, lo que me producía constantes hemorragias cuando llegaba la hora de tener mi periodo.
Para empeorar las cosas estaba desempleada y vivía de lo que mi familia podía darme.
En medio de mi desesperación, una persona me invitó a participar de las reuniones en la Iglesia, asistí y poco a poco mi vida fue transformándose.
Hoy estoy curada del mioma y de la depresión, recobré mi confianza, conquisté mi negocio propio, un taller de costura, el vacío en mi interior fue lleno del Espíritu Santo, soy feliz y tengo deseos de seguir viviendo. Sra. Olga Gómez – Ibarra
3 veces intenté quitarme la vida
Por tres ocasiones intenté quitarme la vida, tenía tantos problemas y no encontraba una solución para ellos.
Mi familia estaba destruida, eso fue tan rápido que no me di cuenta cuando empezó a desplomarse todo.
Ya no soportábamos más la vida juntos por eso decidimos separarnos, pero en lugar de mejorar las cosas, todo empeoró.
Al poco tiempo mi esposa recibió una invitación a la Iglesia Universal, cansada de todo decidió asistir, desde ese momento ella vio un cambio, entonces me invitó, colocamos nuestra vida en las manos de Dios y todo cambió por completo. Ahora soy muy feliz en mi matrimonio, por mi fe, fui liberado de todos mis males, ahora amo la vida y quiero seguir adelante junto a mi familia. Familia Ponce Cool
Si usted se siente de esa manera o tiene un familiar que está pasando por estos problemas y desea recibir ayuda, le invitamos todos los viernes, a una reunión especial, donde por la fe será libre de sus males. En la Av. de las Américas 305 o en la Iglesia Universal más cercana a su hogar, a las 19H como también 7H,10H y 15H.