¡Hola, Cris!
Ese mensaje de la Mujer Maravilla fue totalmente 1001% para mí. ¡Gracias!
Mi agenda no tiene el 10% de la suya. Incluso, es una exageración… no tiene el 2% de sus compromisos, y yo me sentía así – aplastada – tanto que, el domingo por la mañana, después de dormir solo 4 horas (mi casi rutina), era bien tempranito, alrededor de las 6:30 de la mañana, pues íbamos a la Universal de Pompano Beach (vivo lejos – a unos 60ks). Iba en el auto maquillándome y terminando de pintarme las uñas. Entonces le dije a mi esposo con un suspiro desalentado y que vino del fondo del alma:
– Caramba amor, ¿por qué será que no lo logro?
Como los hombres no logran leer los pensamientos (jaja), tuvo que preguntarme:
– ¿Qué es lo que no logras?:
– No logro SER PERFECTA, una mujer NORMAL (jajaja), estoy siempre corriendo con los trabajos, con la casa al día, con los desafíos del Godllywood (ya hice 17, solo posteé dos), siempre me maquillo y me pinto las uñas en el auto, pues es el tiempo que me sobra. ¿Será que un día voy a lograr ser una mujer "normal"?
Entonces, dijo algo interesante para un hombre y, confieso, sentí mucho orgullo de él:
– Querida, las personas que cambian el mundo no tienen una rutina tranquila. Mira cuántas cosas haces: estudias, trabajas, cuidas la casa, a mí, incluso eres voluntaria en otro proyecto y, por encima de todo, haces la obra de Dios. Las personas que parece que "tienen todo bajo control" y que aparentar vivir una "vidita correctita rutinaria" no cambian nada, ni siquiera a ellas mismas. Porque nuestro esfuerzo es multiplicado como una semilla – que va a aparecer mucho tiempo después de haber sido hecho – quien lo ve de afuera, no lo imagina, no lo conoce. Mira el esfuerzo del obispo Macedo y de toda su familia siendo apedreados desde hace más de tres décadas. Mientras que el pueblo gastaba su "vidita" pautada, se despertaba, trabajaba, volvía a casa y dormía, permitiéndose solo ver la televisión con noticias fabricadas por calumnias, sin reflexionar y siendo unos loros de repetición contra él, el obispo y su familia, en la fuerza de Dios, ya estaban cambiando al mundo…
Entonces, querida, aprendamos con la familia del obispo Macedo: ellos no gastan el tiempo con cosas que no cambian el mundo. El obispo podría haberse conformado con una "buena iglesia", una catedral que albergara a 10 mil personas; él escribe muy bien, podría haberse estacionado y viviría una vidita normal, y no incomodaría a tanta gente. Pero decidió vivir para cambiar el mundo, el mundo de las almas que deciden ser de Dios. Y está ahí el resultado de esa fuerza poderosa que es la Fe inteligente con equilibrio.
Cris, lo confieso, quedé boquiabierta. Y lo más interesante es que mi marido es un hombre súper simple – desde el punto de vista y a los ojos humanos – pero habla con una sabiduría impresionantemente divina.
Cuando llegamos a la iglesia, el mensaje del obispo Macedo para nosotros, los obreros, estaba en una hoja, el tema: Equilibrio. Y me cayó como anillo al dedo.
¡Y después la receta del remedio para mí fue "completada" con el mensaje “Mujer Maravilla”!
Dios escogió a su familia para cambiar al mundo. Y eso es muy soberano. Porque el Señor vio la humildad suficiente para poder contar con ustedes.
Imagínese si David, cuando proyectó el primer templo, con tanto amor y cariño, hubiera sabido por ejemplo del Templo de Salomón en Brasil; si alguien le hubiera dicho: "Sabes, el templo que Salomón, tu hijo, hará, será destruido; e incluso otro más. Sin embargo, en un país que aun ni siquiera sueña en existir, en el medio de un pueblo sufrido y totalmente pagano, Dios levantará a un hombre dentro de unos 3.200 años más o menos, que hará un Templo con este modelo dado por Dios y con proporciones mucho mayores y deslumbrantemente lindo. Te impresionarías si lo vieras en Brás, un lugar que va a tardar mucho en aparecer en el mapa…”
¿Ya pensó en la cara de David? ¿Será que sería capaz de imaginarse ese tiempo del futuro? ¡Nunca!
Así, son las semillas que ustedes están sembrando y con eso están transformando el mundo, para la honra y gloria de nuestro Señor Jesús. Y cuando elevamos el pensamiento a esas grandezas – el síndrome de la mujer maravilla – jaja, desaparece.
La mujer maravilla se transforma en una pobre Cenicienta cerca de las mujeres UNIVERSAL.
Lucia Wenc