Por 20 años consumí drogas y alcohol lo que me llevó a perder hasta mi familia.
Comencé a sentir odio hacia mi padre porque él no me quería reconocer como su hijo, cada vez que podía me negaba, eso hizo crecer en mi, remordimiento y rencor hacia él; fui creciendo con esa frustración lo que me hizo una persona que siempre andaba con coraje, me enfurecía por cualquier cosa y no aceptaba que nadie me corrija; así día a día me iba hundiendo en el alcohol, comencé a consumir base de cocaína y marihuana. Pensaba que haciéndome de compromiso iba a cambiar, pero fue lo contrario.
Por semanas enteras abandonaba a mi esposa y a mis hijos para ir a consumir drogas, los hacía pasar necesidades para atender mi adicción.
Mi esposa me ingresó a un Centro de Rehabilitación para Adictos, pero fue lo peor, porque un encierro no cambia a nadie, cuando salí de aquel lugar fui directo a agredir a mi esposa.
Ella terminó abandonándome, ahí fue el fondo del pozo, estuve desesperado, deprimido, no comía; así con esa situación dolorosa llegué a la Iglesia Universal.
Aquí aprendí a usar mi fe, a través de las reuniones con lucha, perseverancia y sobre todo lanzándome en el Altar de Dios fue como surgió mi transformación. Mi mente, mis pensamientos y hasta mi manera de ser cambiaron.
Por otra parte, los vicios que tenía quedaron en el pasado, empecé a sentir paz y a ser diferente con mi esposa y mis hijos.
Hoy tengo una vida transformada, mi familia se siente orgullosa de mi, en especial mi madre, ya que cuando inicié en los vicios ella era la que más sufría por mí.
FE DE ERRATAS
Con el objeto de enmendar errores que en forma involuntaria se produjeron en la Edición No. 33 de la “Revista Universal”, de fecha 30 de mayo al 12 de junio del 2021, se ha dispuesto rectificar lo siguiente: • En las páginas 26-27: Se colocó el testimonio del Sr. Eduardo, pero la redacción es de otra persona. Pedimos disculpas y realizamos estas aclaraciones conforme dispone la Ley.