Todos tienen un sueño y una meta para concluir, pero no todos consiguen realizarlo. Muchas personas capaces y rodeadas de oportunidades fracasan en lo que idealizan. Infelizmente, hasta los que buscan a Dios han tenido ese problema. ¿Por qué? El hecho es que el mal trabaja en la mente del ser humano para mantenerlo en la peor situación.
Él ofrece sugestiones para que la persona se conforme, pues sabe que cuando ésta se entrega de cuerpo, alma y espíritu a la Palabra de Dios, el Altísimo también Se entrega y hace que sucedan maravillas en la vida de los que creen. Pero, si duda de Dios ¿por qué Él confiaría en usted? Ese es el motivo del fracaso de muchos. Aprenda a no dudar de Dios y de Su poder.
Participe este domingo en la Concentración de Fe y Milagros en la Iglesia Universal más cerca de su hogar.
Buscamos ayuda para restaurar nuestra familia
El vicio del alcohol y mis celos incontrolables hacían que nuestra relación se fuera deteriorando cada vez más.
Los dos pensábamos que todo iba a ser diferente en el momento de formar una familia, pero las situaciones hicieron que poco a poco nos fuéramos distanciando uno del otro, hasta llegar el momento en que nos dimos cuenta que nuestra relación se había enfriado y nada era como antes. Tratando de reconstruirlo hicimos varios intentos por permanecer juntos, pero en un determinado momento, viendo que no lo conseguíamos, comenzamos a buscar ayuda y decidimos ir a consultar lo que nos pasaba en lugares donde realizaban trabajos de brujería. Pero no hubo una solución, nada era suficiente para que nos mantegamos juntos; todo se fue tornando peor, hasta llegar al punto de pensar en la separación. Todo lo que hacíamos en pro de restaurar nuestro matrimonio no funcionaba, era frustrante. Así llegamos a la Iglesia Universal, donde tras participar de las reuniones fue surgiendo una esperanza. Aprendimos a usar la fe, depender de Dios y obedecer Su Palabra. Entendimos también que para ver los resultados en nuestra vida, debíamos sacrificar y poner de nuestra parte para que la relación funcione y Dios nos respondió en todo. Así fue como nuestra vida comenzó a cambiar. Primero, Dios actuó en mí, me liberó de los celos y del alcoholismo y luego mi esposa también fue transformada, entonces nuestra lucha para reconstruir nuestro matrimonio tuvo sentido, comenzamos a tener paz, alegría y armonía en nuestro hogar. Hoy gracias a Dios, mi esposa y yo tenemos un matrimonio renovado y eso nos ha llevado incluso a avanzar financieramente.
Sr. Juan Tejeda y esposa