Tú ya sabes en lo que estás fallando.
Tú ya te perjudicaste bastante y no aguantas más.
Tú ya decidiste muchas veces que ibas a cambiar -y, nada.
Pasan algunos días y tú vuelves a punto cero.
Muchas personas en esta situación terminan simplemente desistiendo, creyendo que son diferentes y que no pueden cambiar. Otras, mientras tanto, continúan perseverando para cambiar; pero, el tiempo las llevó a ser cínicas y a creer que la culpa es de los demás. Después de todo, ellas hacen de todo para cambiar.
Pues sí, tú puede estar haciendo de “todo” y aún así, no estar haciendo lo que deberías hacer. ¿Sabías?
Todas nuestras guerras comienzan adentro de nosotros, en el corazón. A veces tú quieres mucho una determinada cosa; pero el problema está en la intención de tu corazón. ¿Por qué tú quieres eso? ¿No es por algún motivo egoísta, tal vez?
Todo lo que conseguí en mi vida hasta el día de hoy tiene que ver con las intenciones de mi corazón.
Cuando me casé con mi primer novio, mi intención no era ser mejor que nadie y jactarme de eso. En realidad, yo no quería estar de novia con varios chicos hasta casarme; yo quería preservarme para mi Dios.
Cuando opté por no tener hijos carnales para tener hijos espirituales fue realmente un sacrificio para mi. Yo siempre soñé con ser mamá, entonces cuando nosotros decidimos no tener hijos de sangre para dedicarnos más a la Obra de Dios; aquello dolió mucho dentro de mi y por eso, hice un pedido osado para Dios.
“Ya que no voy a tener hijos propios, haz Señor que yo sea una madre espiritual de muchas hijas y que a través de mi, ellas puedan conocerte”.
Y Dios me honró. Yo no pedí ser popular, ni ser conocida o querida.Yo pedí hijas espirituales porque yo estaba sacrificando hijos de sangre para justamente hacer más en la Obra de Él.
Amiga, tu intención tiene mucho que ver con lo que tú logras en la vida.
Hay mucha gente que alcanza todo lo que quiere de una manera egoísta y no se realizan en nada de lo que tienen, mientras que hay otras que no alcanzaron todo lo que quieren todavía; pero son realizadas en todo lo que tienen.
Cuando tus intenciones son para la honra y gloria de Dios, Él te honra.