El hecho de ser diezmista fiel es uno de los ingredientes principales para mantener la comunión y la intimidad con Dios.
Existen muchas personas que no son diezmistas fieles, ya que tocan en lo que es de Dios, haciendo eso están desobedeciendo Su Palabra, pero ¿Por qué actúan así? Porque aún no han entendido la verdadera importancia de esa actitud.
La ley del diezmo fue instituida por Dios a partir de la creación del hombre en el jardín del Edén. Él dijo: “De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” Génesis 2:16-17
Era prohibido tocar en el fruto del Árbol de la Vida porque eran las primicias, o sea, el Diezmo de Dios.
Este árbol era el símbolo de la autoridad suprema del Altísimo que jamás podría ser violada.
Al ser tocado, esta autoridad fue violada y así el diablo robó la bendición de Adán y de toda la humanidad. No permita que el diablo robe su bendición, decida ser fiel a Dios y usted tendrá la abundancia que Él prometió viviendo en Su Presencia, desde el inicio de los tiempos.
“Pensé que toda la vida viviría en la MISERIA”
Crecí viendo a mis padres perder todo el patrimonio familiar, llegamos a vivir de arrimados en casa de unos parientes y muchas veces no teníamos ni para poder comer.
Pensé que estudiar y tener una profesión podía cambiar mi situación, pero no fue así ya que buscaba trabajo, pero no había una sola oportunidad para mí, era una situación humillante.
Al llegar a la Iglesia Universal aprendí que debía ser el a Dios, por eso empecé a devolver mis Primicias, fue así que mi vida cambió.
Hoy tengo un buen trabajo, tanto que he podido realizar viajes a diferentes partes del mundo y compré mi casa propia.