Los estudiosos llegaron a la conclusión de que lo que más destruye al cerebro humano no es la edad, ni la alimentación. No son las enfermedades o la ausencia de actividades físicas, lo que más destruye al cerebro humano es la falta de uso.
Hoy las empresas inteligentes ya entendieron, que no es lucrativo contar con los colaboradores sólo del cuello para abajo. Si un pequeño equipo de pensadores es capaz de realizar revoluciones en la empresa, ¡imagínese si éstas pudiesen contar con la mente de todos los empleados!
Así es, ellos ya se dieron cuenta de eso y están comenzando a incentivar y hasta a exigir, que sus empleados piensen.
Una importante multinacional puso en todos los escritorios de las oficinas (de personas que consideran de coeficiente elevado), una plaqueta con la palabra ¡¡¡PIENSE!!!
Una empresa automotriz en la ciudad de San Pablo en Brasil, le entregó a un simple colaborador un auto 0 km por haberles dado una idea, que reduce en 3 segundos el tiempo de montaje de un vehículo.
Lo que quiero decir es que de aquí a algún tiempo, las demás empresas copiarán ese nuevo patrón de excelencia, para volverse innovadoras y competitivas.
Si no lo cree, observe la empresa en la que usted trabaja. ¿Un tiempo atrás eran dadas las mismas tareas al cargo que usted ocupa, o cada vez le es exigido más? PIENSE en eso.