Son muchas las personas que se ven obligadas a apartarse de sus actividades profesionales, de la vida social e incluso de la convivencia familiar, a causa de una enfermedad.
El obispo Renato Cardoso, destacó que cuando una persona intenta resolver un problema espiritual en el nivel físico fracasa, porque no está alcanzando la raíz del problema —que es espiritual. “No hay modo de curar el alma y el espíritu por medio de medicamentos, pues ese es el papel de la fe”.
Él aclara que, normalmente, la persona que tiene un problema de salud también tiene síntomas físicos, por eso recurre a los médicos, tratamientos alternativos, buscando información sobre la “enfermedad”
Si usted ha vivido este dilema, sepa que solamente este será resuelto por medio de la fe.
A diario tenía que soportar los dolores en las rodillas
“A diario sentía fuertes dolores en ambas rodillas, con el pasar de los días aquello que al principio empezó como una molestia se fue intensicado, al punto de volverse crónico.
Desde que comenzaba la mañana sentía los malestares en mis extremidades, pero a pesar de ello no dejé de luchar por mi sanidad y venia constantemente los días martes, después de caminar por el pasillo de los 70 apóstoles, todos los malestares se fueron por completo, pude doblar las rodillas y no sentí dolor
alguno, gracias a Dios me siento muy bien”. Sra. Isidora
Los dolores que sentía en el cuerpo cesaron, después de usar la fe
“Repentinamente, empecé a sentir fuertes dolores en las piernas, con el pasar de los días empeoró al punto de no lograr caminar con normalidad, porque se me hinchaban mucho.
A diario tenía que convivir con aquello, porque habían días que no lograba realizar mis actividades con normalidad. A pesar de estar así hice un esfuerzo y vine a participar de la reunión de sanidad, donde le pedía a Dios que, a través de mi fe, sea curada y así aconteció.
Después de pasar por el camino de los 70 Apóstoles, todos los malestares cesaron por completo, gracias a Dios me siento muy bien ”. Sra. María
Tenía el cuerpo adolorido, no sabía qué hacer
“Sentía el cuerpo adolorido, conforme pasaban los días aquello se iba intensificando cada vez más, intentaba de varias maneras calmar los malestares, pero nada surtía efecto sentía que todo iba empeorando cada vez.
Participando de la cadena los días martes venía con fe y seguridad, de que todos esos malestares iban a cesar por completo y así aconteció, pocos instantes después de caminar por el pasillo de los 70, todos las molestias cesaron por completo, gracias a Dios me siento muy bien”. Sra. Juanita
La cura por la fe
La Biblia relata que, a través de las manos del apóstol Pablo, Dios hacía milagros extraordinarios. Las personas que iban a él eran curadas, tanto de las enfermedades físicas como también espirituales.
“Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aún se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían” (Hechos 19:11-12).
Independientemente, que el problema sea físico o espiritual, cuando dichas personas tocaban esas piezas de ropa eran liberadas y curadas. En base a esta Palabra, si usted cree, de la misma forma que Dios usaba las manos de Pablo, para llevar la cura a aquellas personas, también usará las manos de los hombres de Dios para curarlo de todo mal.
Si está cansado(a) de buscar tratamientos médicos para su problema y se da cuenta, que todo ha sido en vano, participe este martes, a las 7H, 10H, 15H, 19H, en el Templo de la fe ubicado en la Av. De las Américas 305, al norte de Guayaquil, también en la Iglesia Universal más cercana a su hogar.