Independientemente de sus orígenes, un vicio es una carga pesada que no sólo afecta al dependiente, sino también a sus seres queridos.
Que uno de los integrantes de la familia esté envuelto en el consumo de drogas, es tan destructivo para el individuo como para el núcleo familiar.
Muchos son los factores que pueden llevar a una persona a sumergirse en los vicios: un ambiente familiar tenso, la curiosidad, las malas amistades, la presión laboral, la baja autoestima, entre otros.
Las adicciones pueden causar discapacidades tanto físicas como psicológicas, que afectan la vida del adicto como la de la familia.
Ante esta situación las preguntas que surgen son: ¿Cómo ayudar al familiar adicto? ¿Cómo obtener la certeza de que podré vencer este problema?
Las drogas me alejaron de mi familia
Por 10 años consumí todo tipo de droga como: marihuana, hache, perica, plo, etc. Toda droga que aparecía yo la consumía. Esta adicción me llevó a alejarme de mi familia, vivía en la calle recogiendo basura para poder alimentar mi vicio. Mi familia intentó ayudarme internandome por 4 veces en diferentes Clínicas de Rehabilitación, pero no servía de nada, salía con más ganas de consumir.
Cuando conocí este tratamiento, supe que era la única manera de dejar ese mundo obscuro que tanto me había quitado. Participando y perseverando pude curarme; poco a poco fui recuperando mi dignidad, el amor de mi familia, mi vida fue transformada por completo. ¡Gracias a Dios!. Carlos Acosta junto a su madre
Los vicios están presentes en todas las clases sociales, arruinando millones de familias. Cada domingo el Tratamiento para la Cura de los Vicios, intensifica su trabajo.
El encuentro se realiza a las 3 de la tarde en la Av. de Las Américas 305, ya son muchos los testimonios de personas que lograron vencer y hoy son libres. Ellos a través de la fe en Dios, encontraron la cura definitiva para ser feliz.