He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho el Señor de los ejércitos. ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán al Señor ofrenda en justicia” Malaquías 3:1-3
El mensajero que viene a preparar camino es el Señor Jesús, Él vino como fuego purificador, como jabón de lavadores, cuando el fuego de Dios entra en su vida Él va a purificarlo, quitando todo lo malo y dejarlo limpio.
Pero para que esto suceda, y quede de pie cuando Él se manifieste, tenemos que someternos a Él. Y se somete quien cree en lo que está escrito en su Santa Palabra, sin cuestionarla. Podemos cuestionar la palabra de otras personas pero no la de Dios; muchos dicen: “yo creo en Dios a mi manera”, pero las actitudes de esta persona van en contra de lo que está escrito en Su Palabra. De esta forma si su vida hoy es exitosa o fracasada es por las decisiones que tomó ayer.
Cuando decidimos vivir una vida íntegra, recta, diciendo la verdad, aún cuando esta no nos sea favorable, siendo justo con quien está a nuestro alrededor, cuando separamos un tiempo para ir a la iglesia, cuando leemos la Biblia y practicamos lo que en ella está escrito, todas estas acciones para Dios son ofrendas y ofrendas justas, quiere decir que con Dios debemos siempre dar nuestra ofrenda justa, y no estoy hablando de lo monetario, sino de las actitudes.
Mejore lo que es y lo que usted hace y recuerde: ¡La vida es el resultado de las decisiones que tomamos, de lo que somos y de lo que hacemos.¡