Tomar decisiones nunca fue una tarea fácil, principalmente porque hay dos fuerzas distintas y opuestas dentro del ser humano: la razón y la emoción. Cuando se está listo para decidir algo, esas dos voces pelean para ver cuál de las dos es la que manda. Si no hubiere un “entrenamiento mental” que defina a la razón (o inteligencia) como guía, los instintos hablarán más fuerte.
La vida de una persona que no se define, puede compararse a un bote que se encuentra en altamar sin motor ni remos. Inestables como las olas, sus sentimientos lanzan a la persona de acá para allá. Sepa que si tiene una certeza mezclada con emociones, lo llevarán al fracaso.
Pero no todo son malas noticias, es posible entrenar la mente para tomar las riendas en los momentos de tomar decisiones y resolver problemas. De esa forma las emociones permanecerán controladas y lograremos permanecer estables. Sin ese control es prácticamente imposible conseguir y mantener el éxito total.
Vivir bajo la guía de las emociones es como sentirse en una montaña rusa eterna. Las emociones no son una herramienta para resolver las cosas, porque el corazón es engañoso. En un mismo día, su corazón puede sentir: alegría, tristeza, rabia, compasión, pena, odio, etc.
La mejor oportunidad de poner la razón al frente se da en los momentos de dificultad. Tiene que tener una postura firme. Sea fuerte por peor que sea la situación. Cuando su certeza se alimenta de la disposición de espíritu y pensamientos, cualquier situación cambia. De esa manera las luchas terminan con victorias extraordinarias.
La perseverancia hizo que pudiera superar la peor crisis económica en mi familia
“De la noche a la mañana caí enfermo con fiebre reumática, visité muchos hospitales y médicos, los cuales me daban antibióticos que solamente calmaban mi dolor. Esta enfermedad me impedía realizar actividades normales como: trabajar, estudiar, acostarme en la cama. Todo esto me llevó a tener deudas, la microempresa que tenía la perdí, cada día la economía de mi hogar iba de mal en peor.
Por una invitación de mi madre conocí la Iglesia Universal, fue así como empecé a participar de las reuniones del Congreso para el Progreso, aquí aprendí a enfocar mis objetivos y hoy por hoy tengo mi propio negocio un taller mecánico industrial, además he conquistado un auto cero kilómetro, tengo un matrimonio feliz y mi vida económica va prosperando gracias a Dios”. Ing. Agr. Felipe Candelario junto a su esposa
Para saber cómo priorizar la razón sobre las emociones, participe del Congreso para el Progreso, una reunión dedicada a su vida económica, que se realiza todos los lunes a las 7H, 10H, 12H, 15H y 19H en la Av. De las Américas 305.