“Paloma mía, en las grietas de la peña, en lo secreto de la senda escarpada, déjame ver tu semblante, déjame oír tu voz; porque tu voz es dulce, y precioso tu semblante.” Cantares 2.14
Deseo cariñoso del Prometido con la Prometida, o sea, del Señor Jesús para con Su iglesia. Él pide que ella esté con el rostro siempre hacia Él, y no para el mundo. Su voz sincera Le es dulce y amable a sus atentos Oídos.