“Yo perseveré para ver el milagro de tener mi salud restaurada por completo”.
Sufrí quince años con inflamaciones, infección en las vías urinarias, además de padecer con dolor en los huesos y dolor de cabeza. Tomé varios tipos de medicamentos, pero no mejoraba, el dolor era constante, al punto que no podía hacer mis quehaceres domésticos ni trabajar con normalidad, incluso, en búsqueda de una solución acudí a brujos; ellos me realizaban baños porque decían que yo había sido víctima de un trabajo de brujería; el tiempo pasó y no hubo ningún resultado.
Un día vi un programa de televisión de la Iglesia Universal, comencé a participar en las reuniones de domingo y cada vez que tomaba el Agua Bendita, mi fe se afirmaba en que un milagro sucedería. Cuando menos lo esperé, dejé de sentir dolor y gracias a Dios al volverme a realizar nuevos exámenes, éstos sólo constataron el milagro, ya no tenía nada.
Sra. Geomaira Gómez.