Por la depresión decidí atentar CONTRA MI VIDA
Tenía problemas familiares, sentimentales, emocionales y mi economía iba de mal en peor, solo teníamos para los gastos básicos. Había ocasiones en las cuales no había suficiente dinero ni para comprar comida.
A veces la situación era tan difícil que no tenía ni para pagar el pasaje, en una ocasión me subí al transporte fingiendo que tenía dinero, pero no lo tenía, llegó el momento de bajarme y debía pagar el pasaje, pero como no tenía le dije al chofer que se me había olvidado la cartera, pero la realidad era que no tenía dinero.
Emocionalmente me sentía mal, mi autoestima estaba por el suelo, pensaba que no era una persona agradable para nadie como pareja, no lograba mantener amistad con los demás, llegué a tener pensamientos de quitarme la vida e incluso lo intenté. Conocí la Iglesia Universal y fue entonces que participando en las reuniones, escuché hablar de la Campaña de Israel, vi en ese propósito la oportunidad que tanto andaba buscando para alcanzar una transformación en mi vida.
Luego de entregar mi vida en el Altar de Dios las puertas se abrieron, fui contratada en una empresa, con el sueldo que ganaba logré tener un departamento propio, al poco tiempo fui ascendida de cargo y terminé mis estudios.
Hoy gracias a Dios mi vida está transformada, ya no me falta el dinero, ahora como lo que quiero, viajo a donde deseo y no me falta absolutamente nada, tengo paz en mi interior y soy una mujer feliz.
•• Sra. Mónica Segura
Mi vida estaba en el fondo del pozo
A causa de una infidelidad de mi esposo mi corazón se rompió en mil pedazos y no conseguía perdonarlo.
No hubo psicólogo ni psiquiatra que pudiera ayudarme a superar ese golpe. Llegué a tomar 20 pastillas diarias para contrarrestar mi estado de ansiedad, sin embargo, nada me devolvía la alegría; al contrario, empecé a padecer de fuertes dolores de estómago y de cabeza.
Tantos tratamientos me generaron deudas y el dinero no era suficiente. Cuando llegué a la Iglesia Universal, comprendí que Dios no está muerto y que aún hace milagros. Conocer las historias bíblicas y analizar las prédicas me dio la fe necesaria para salir de mi zona de confort. Me volví una mujer segura al obedecer la Palabra de Dios.
No aceptaba seguir con esa vida miserable y llena de problemas internos, por eso, cuando escuché hablar de la Campaña de Israel tomé la decisión de obedecer y sacri- car, después que entregué mi sacrificio, dentro de mí, nació la certeza de que algo extraordinario pasaría en mi vida.
Dios sanó las heridas que tenía en mi interior, me dio paz y así logré perdonar a mi esposo, quien también cambió su actitud conmigo y ahora tenemos una relación hermosa.
En lo económico, pague las deudas, abrí un negocio, compre una camioneta, remodelé mi casa de la forma que siempre había soñado, sin embargo, considero que lo más importante que conquisté en la vida es mi relación con Dios. Hoy Él es el primero en mi vida.
•• Sra. Guadalupe y esposo