“Me diagnosticaron úlcera cancerígena; ya no podían operarme, la enfermedad estaba muy avanzada. Pero tomando el Agua Consagrada fui curada totalmente”.
• Sra. Marisol Martillo
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“Me diagnosticaron miomas, pero decidí apelar a la fe, tomé el agua consagrada y tras realizarme nuevos exámenes, me dijeron que los miomas habían desaparecido”.
• Sra. Reseña Alvarado
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El Espíritu Santo a sido mi mejor amigo
“Era una mujer triste, deprimida y con temperamento fuerte; no tenía paz y me sentía vacía. Sufría con insomnio, dolor de cabeza y en la columna. Conocí la Iglesia Universal por medio de una invitación, pasé a frecuentar la Iglesia asiduamente, fui liberada y sanada; me bauticé en las aguas y recibí el Espíritu Santo, desde entonces me volví una mujer equilibrada, con paz y alegría”.
• Sra. Delia Galarza