El pasado miércoles 23 de abril en el Santo Culto en su Hogar transmitido en vivo desde el Templo de la Fe por OromarTV a las 23h, el obispo Ronaldo Santos dio un mensaje de fe y esperanza.
Ríos de Agua Viva
“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.” Juan 7:37
En el último y más importante día de la fiesta, el Señor Jesús Se levantó en medio de la multitud e hizo la más excelente invitación: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”. Seguramente todos en este último día de la fiesta estaban saciados de comer y beber aparte de disfrutar de la compañía de familiares y amigos, entonces ¿por qué Jesús aseguró que habían sedientos? Jesús sabía que toda esa alegría de la fiesta era momentánea, pues así viven muchas personas, de alegrías momentáneas, que no sacian su alma, por eso Jesús los invitó a ser realmente saciados.
Él usó este ejemplo para ilustrar que, así como la sed natural es angustiante, vivir en sequedad espiritual es aún peor.
En la situación actual que nuestro país se encuentra, muchos entraron en depresión, desesperación, nerviosismo, angustia, miedo, pánico, incertidumbre, muchos se acuestan para dormir y despiertan cansados, etc., ¿por qué? Porque viven en sequedad espiritual, pues mientras la persona no dependa de Dios y entable con Él una comunión íntima, jamás tendrá paz y siempre dependerá de lo que le rodea para vivir alegrías momentáneas.
Infelizmente, la invitación de ir hasta el Señor para saciar el alma, no es aceptada por todos, pues la mayoría de las personas no tienen ese deseo y no se preocupan con la eternidad.
Sin embargo, aquellos que más allá de tener consciencia de sus pecados, anhelan el perdón y tienen sed de la Salvación, serán saciados al beber, por la fe, de la Fuente del Señor Jesús.
“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”. Juan 7:38.
La fiesta de los Tabernáculos celebraba los cuarenta años de peregrinación de la nación de Israel en el desierto, donde jamás dejó de ser sustentada y protegida por Dios.
Aprovechando esta fiesta, el Señor Jesús anunció que del interior de todos los que creen en Su Palabra fluirán ríos, o sea, tendrán vida plena en Él. Pero, para eso, es necesario creer de acuerdo con lo que dicen las Escrituras y no según las propias opiniones.
“Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.” Juan 7:39.
El Espíritu Santo sería dado en Su plenitud después que el Señor Jesús ascendiera y entrara nuevamente en la gloria del Padre. Cuando Él subió, Su Espíritu descendió en Pentecostés, cuando todos estaban unánimes juntos.
Así, todos los que disfrutan de esa promesa maravillosa son como manantiales de vida para los sedientos de mundo.