El ALTAR es el único medio y lugar, a través del cual alcanzará la realización del proyecto que Dios tiene para usted. Es por medio del sacrificio que se llega a éste.
Dios tiene un proyecto para cada persona, pero mientras éstas vivan en función de sus debilidades o deciencias estarán limitadas en esta vida.
La debilidad no es un sentimiento, es un pensamiento, por eso cabe a cada uno cambiar su forma de pensar al respecto de sí mismo, superar los complejos y la baja autoestima.
Muchos están siendo consumidos y viviendo un infierno a causa de una vida llena de problemas, esto se debe a la falta de práctica de la máxima expresión de fe, el sacrificio.
Todos saben muy bien que sin sacrificio no hay conquistas ni victorias.
El Altar fue preparado para los pobres de espíritu, para los débiles, pero el sacrificio exige FE, porque quien tiene fe y cree, ¡sacrifica!
“Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen.” Hebreos 5:7-9
Jesús antes de morir en la Cruz pidió al Padre si fuera posible ser absuelto de lo que estaba por venir, la crucifixión, pero por sobre todo que sea hecha la voluntad de Dios, pero, Él no le evitó ser sacrificado.
El Señor Jesús sacrificó por nuestra Salvación, por esto, ya no es necesario hacer sacrificios para el perdón de los pecados, pero sí para alcanzar las promesas de Dios, que son las conquistas materiales, las que sólo se pueden recibir a través de la FE que se manifiesta con el Sacrificio en el Altar.
Las situaciones difíciles se levantan todo el tiempo, pero usted también debe levantarse y usar la fe en el Altar, para que Dios pueda manifestarse en su vida.
La fe que agrada a Dios, es aquella que deja a la persona en total dependencia de Él; esa actitud lo lleva a tomar posesión de Sus Promesas.
Dios escogió a los pobres, a los débiles, los que no son nada y los está convocando para encontrarse con Él en el Altar, que es el Valle de la Decisión; los que creen, ¡sacrifican! y se vuelven fuertes.
No importa lo que usted ponga en el Altar, siempre y cuando ésto demuestre su total y absoluta confianza en Dios.