“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” Romanos 12:1
Hoy en día es necesario que aquel que cree en Dios se entregue por completo a Él, renunciando a este mundo y sus prácticas para hacer la voluntad de su Señor y vivir en santidad, o sea, separado para Él.
La situación que el mundo está viviendo afecta emocionalmente a todos y causa dolor en el alma, pero usted, no debe dejar que ese dolor le aflija y le ponga mal, por el contrario, ese dolor debe ser llevado a Dios, que es el Único que puede ponerle fin.
Muchas personas han dejado la razón de lado y se entregaron a sus emociones, cuando en realidad la situación ameritaba la razón, es decir, si la tristeza y la angustia no cambian la situación, entonces ¿de qué sirve entregarse a ellas?
Por otro lado, aquellos que optaron por la razón, que es la fe inteligente que se apoya en la Palabra de Dios, sabrán como bloquear la acción del mal que insiste en ponerlos cabizbajos.
Muchos han cuestionado a Dios y Su amor debido a la pandemia, otros lo han culpado por este caos, pero la culpa no es de Él, sino del propio ser humano, pues este virus salió de algún lugar y con toda seguridad no fue de Dios, sin embargo, Él lo permitió, ¿para qué el hombre sufra? ¡No!, pero sí para que éste se acerque a Él.
Los hechos recientes, son eventos que están reflejados en el Libro de Apocalipsis, si es el fin, no lo sabemos, pero si lo fuera, ¿usted estaría listo? ¿Para dónde iría su alma? Sería bueno pensar en esto.
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:2.
Por más que humanamente no se pueda hacer nada y surja una impotencia por ese hecho, no debemos resignarnos ante este mal.
Pues es justamente ante una situación como esta, que Dios aconseja a no conformarse, y esa inconformidad genera una indignación en el interior de quienes viven por la fe, pues no es aceptable que la plaga toque sus economías, su salud, su estado emocional y su familia.
Amigo lector, cambiar la situación es posible, si renueva su mente a través de la Palabra de Dios, usted encontrará una respuesta, pues la voluntad de Dios es que uno esté seguro, que la familia permanezca unida, goce de buena salud y estabilidad financiera.
La Palabra de Dios provoca indignación en contra del mal, pues Dios es grande y Poderoso, por lo tanto, su vida no puede ser menor que eso.
Los indignados no aceptan no tener la paz y la vida abundante prometida por Dios en Su Palabra.
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