Las hijas se han vuelto mujeres graduadas, con carrera, independientes pero en muchos casos, solteras y más amargas que sus madres. Los hijos de han vuelto “aventureros” que hacen cualquier cosa por dinero –y después gastan todo con mujeres. O peor, dejan que ellas gasten el de ellas con ellos.
Los padres necesitan entender que un buen matrimonio es una de las mejores formas de educación y estabilidad económica, emocional, física y psicológica que una persona puede tener. Sí deben motivar a sus hijos a que estudien, a que sean económicamente independientes, pero por encima de todo, a que busquen cuanto antes una relación con Dios y con una mujer para toda la vida.
Los jóvenes necesitan mirar a su alrededor y ver que el dinero y las relaciones sin compromisos con varias parejas no han funcionado, en la práctica. Es un mundo que parece muy colorido y divertido para quien está del lado de afuera, pero extremadamente triste y solitario para quien está por dentro. La personificación de eso es la vida de muchas celebridades.