“Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable (agradable) a Dios, que es el culto racional de ustedes.” (Romanos 12:1)
Así como los Sacrificios materiales promueven bendiciones materiales, también los sacrificios espirituales producen bendiciones espirituales. El mismo (sacrificio espiritual) no puede ser de cualquier manera, es decir, cuando una personas se entrega por la mitad y aun practica ciertas cosas que agrandan a su carne. Esta escrito aquello que sembramos es los que vamos a cosechar. “No se hagan ilusiones: de Dios no se burla nadie. Lo que cada uno haya sembrado, eso cosechará.” (Gálatas 6:6-8)
No podemos entregar nuestras vidas para Dios de cualquier manera, si entregamos nuestra vida para Dios por la mitad, las bendiciones que vamos a recibir serán incompletas. La transformación en el interior se refleja en su exterior y sucede cuando la persona decide obedecer la Palabra de Dios.
Cuando existe dentro de ella un cambio, es decir, su mentalidad comienza a cambiar. Muchas personas están sufriendo a causa de eso, tuvieron una mentalidad muy débil y se acostumbraron a vivir una vida llena de fracasos y no usaron el poder de la fe en la Palabra de Dios con inteligencia.
Hay necesidad de sacrificio. El versículo citado anteriormente va más allá de eso, cuando, dirigido por el Espíritu suplica: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presenten sus cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es culto racional.” (Romanos 12:1) Quiere decir que no hay culto racional si no hay sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.
El secreto es cambiar la manera de pensar. Cuando se asume el compromiso de obedecer la Palabra de Dios, el cambio de mentalidad acontece.
Luego los pensamientos de uno pasan a ser igual que los pensamientos de Dios comienza a pensar de manera diferente, y los resultados en la vida de la persona que decidió obedecer comienza a cambiar. Si usted desea un cambio de vida, cambie primero su manera de pensar y consecuentemente verá los cambios.