Vestidos, en la mayoría de los caso con harapos, ropa que encuentran botada en la calle o hurgan dentro de las fundas de basura para poder encontrar algo que ponerse; con la piel sucia, cabellos enredados y desaliñados es así como se encontraban las personas que fueron ayudadas y atendidas por el pastor Joao Borges y voluntarios de la Obra Social, este fin de semana, en las calles de Guayaquil.
Extendiendo un mano de ayuda, los llevaron al parqueadero de la Universal y ahí les ofrecieron ropa limpia, alimento y un lugar para asearse y acicalarse; muchos de ellos luego de la ayuda brindada estaban irreconocibles a causa del cambio.