Cuando el mal cierra los caminos de una persona, ella vive la desdicha de ver todos sus planes frustrados y como todo se va a pique sin explicación alguna. Existen personas que siempre son sorprendidas por una mala noticia o sufren porque los que aman se apartan de ella; otros viven con miedo, angustia, sintiendo un vacío en su interior que nada ni nadie consigue llenar.
La actuación de un mal espiritual en la vida de muchos es algo real, pues el mal siempre está intentando destruir la creación de Dios, por ese motivo es que nos fue dada la fe sobrenatural para combatirlos.
La reunión de los viernes en la Iglesia Universal está dedicada a combatir a través de la fe y la autoridad del nombre del Señor Jesús todos los males espirituales que llevan a muchos a perder todo sin una razón aparente. Hasta la actualidad muchas personas y familias han sido liberadas de esos espíritus malignos que cerraban sus caminos y sus vidas, sometiéndolos al sufrimiento, personas que hoy consiguen dormir en paz, porque saben que sus caminos están abiertos por el poder de Dios, pues Él destrabó todo lo que no salía bien.
LIBERACIÓN ESPIRITUAL
Participe este Viernes para que a través de la fe sean quebradas todas las maldiciones que le han esclavizado hasta ahora y además todas las energías negativas sean arrancadas de su vida; así sus caminos serán abiertos en todas las áreas.
En la oportunidad usted recibirá el “Baño de Abre Caminos” y también se realizará una oración fuerte en su favor para que el poder de Dios se manifieste en su vida y así quede libre de todos los problemas espirituales que le oprimen.
Si puede, llegue antes de la reunión y si desea acérquese a un Pastor u Obrero para que reciba una orientación espiritual que le ayudará a entender porque el mal entró en sus caminos y cómo a través de la fe y perseverancia Dios le liberará y le dará paz, fuerzas y dirección para una nueva vida.
Antes de llegar a la Iglesia Universal mi vida era un infierno.
Sufría con muchos dolores de cabeza, iba a los médicos y aún tomando los medicamentos no surtía efecto.
Llegué a tomar cinco pastillas por día, pero el dolor no cesaba. Por otro lado comenzaron a aparecer casi todos los días culebras en la casa, las ahuyentaba y volvían, no dormía pensando que podrían aparecer y morder a mis hijos; una vez maté a una y así como quedó en el suelo, me apareció una mancha igual en la pierna.
Me torné una mujer desequilibrada emocionalmente, peleaba, discutía y sentía odio contra todos; comencé a escuchar voces que me llamaban, tenía deseos de matarme, una vez lo intenté tomando más de 25 pastillas, pero no lo conseguí. En una ocasión salí enojada y dejé a mis hijos solos y no regresé hasta la noche.
Tiempo después decidí ir a un brujo y me dijo que me estaban haciendo una brujería.
Un día me sentí muy mal con un dolor muy fuerte en el pecho, estaba con una amiga y me preguntó si quería ir al médico o que me llevara a la Iglesia a la que ella concurría, le respondí que sólo quería ir a algún lado donde me curaran de todo y ella decidió traerme a la Iglesia. Cuando llegué fui atendida y desde el primer día que participé de la reunión me sané, dejé de escuchar voces, comencé a hacer las cadenas y nunca más aparecieron las culebras. Dios cambió mi vida, Él me liberó y abrió mis caminos.
Hoy soy una persona totalmente feliz, tengo paz, equilibrio emocional, tengo seguridad y la fe que vence los problemas.