Sólo quien ha sufrido el dolor de una traición, sabe que es uno de los dolores más insoportables que existen. Tal vez, tras el engaño, lleguen a tu cabeza pensamientos de vengarte, desear que le pase lo mismo a tu pareja o quizá hayas pensado en quitarte la vida. Pero ¿por qué terminar con algo tan valioso por un mal momento?
Al principio te parecerá que es el fin del mundo; sin embargo, Dios puede ayudarte a superar ese trago amargo. “Pacientemente esperé al Señor y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos” (Salmos 40:1-2).
La Terapia del Amor no es sólo para quien busca una pareja o quiere solucionar los problemas que tiene con la persona que se encuentra, sino para todos aquellos que necesitan arreglar un desperfecto interno, que no se cura ni con el tratamiento más eficaz, aquél dolor que sólo el Señor es capaz de sanar.
Incluso cada vez son más los testimonios de personas que confirman que hoy se encuentran muchísimo mejor, de cómo estaban cuando empezaron a asistir, notando cambios que se ven a simple vista.
Si alguna vez has pasado por una situación complicada y no sabes qué hacer, antes de tomar una mala decisión, que incluso te puede dañar, te invitamos, todos los jueves a esta reunión. Con la fe tus lágrimas pueden convertirse en alegría.
Ven y participa en la Terapia del Amor, una reunión donde recibirás consejos que te ayudarán a desarrollar un amor inteligente, que te permitirá tener una relación feliz y, por tu fe, podrás sanar las heridas que hay en tu interior.
Recuerda que serás nuestro invitado especial, habrá un lugar para ti en la Av. de Las Américas 305, al norte de Guayaquil.
Los traumas del pasado nos impedían ser felices
“Era una mujer insegura, traumatizada y con complejo de inferioridad. Ser feliz sentimentalmente era lo que más quería, pero parecía imposible. Solo viví traiciones, relaciones abusivas marcadas por los celos”, dice Fernanda.
José también fue traicionado y dice que tuvo tres matrimonios fallidos. «Además de la infidelidad, hubo muchas peleas, celos, falta de confianza e incluso agresiones físicas de mi parte», añade.
Ambos no se conocían, pero llegaron a la Terapia del Amor y empezaron a curar sus heridas. «Tan pronto como llegué a las conferencias, entendí que todas mis frustraciones provenían de un problema interno y que necesitaba ayuda”, indica Fernanda.
Joseph también se dio cuenta de que para obtener la felicidad del amor, necesitaba al Autor del Amor en su vida. “Mi interior tuvo que ser limpiado y sanado. Comencé a cuidarme, me convertí en un hombre de Dios y me preparé para tener a una mujer de Dios a mi lado y hacerla feliz ”.
Después de un tiempo de citas y compromiso, se casaron en mayo de este año. «Hoy, además de ser interiormente feliz, he alcanzado la felicidad sentimental con Joseph. Dios me ha dado un gran hombre como esposo y ahora estamos llenos de amor”, finaliza Sonia.