Cuando atravesamos por un problema parece como si este nunca fuera a terminar. Por más que pasan los días y busquemos la solución por todos lados, el no encontrarla nos hace pensar que nuestra situación jamás mejorará.
Dificultades en el trabajo, en la familia, en la vida amorosa, en la salud, en la economía o en nuestro interior, son algunas de las causas que nos llevan a estresarnos sin saber que, la mayoría de estos apuros, tarde o temprano, pasarán. Además, un error del ser humano, en estas situaciones, es hacer a un lado lo bueno y concentrarse sólo en lo malo; por eso trata de enfocarte en lo que está bien, buscando lo positivo por muy pequeño o insignificante que sea.
Quizá si analizas con detenimiento, tus ideas se aclararán y te sentirás más relajado, para buscar la solución que más te convenga. Aunque sientas que no puedes más, tengas ganas de tirar la toalla, retroceder o huir, recuerda que las cosas no serán así de malas por el resto de tu vida. Mantente firme y con la fe intacta, pues los problemas, aún los más fuertes, no duran para siempre y pasan más rápido de lo que imaginamos.
Dios dice en Su Palabra que “… por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría” (Salmos 30:5).
Dios realizó lo imposible en el momento exacto
“Hace quince día estuve gravemente enferma de los riñones, el dolor era insoportable no lograba ni siquiera pararme de la cama para realizar mis quehaceres con normalidad, aquello era muy molesto para mi a pesar de ello no dudé en usar mi fe y como ya participaba de la reunión de los Casos Imposibles, pedí para Dios me curase de todos los malestares. Aconteció en el momento, los dolores cesaron, empecé a sentirme bien, incluso hacer mis actividades con normalidad”.
Todos los sábados, se realiza la reunión de los Casos Imposibles, para aquellos que están viviendo situaciones que a los ojos humanos son imposibles de resolver, pero para Dios todo es posible, en la Av. de Las Américas 305, norte de Guayauqil a las 7H, 10H y 18H30