“No podía entender la razón por qué y a mi alrededor solo veía sufrimiento, problemas y destrucción, empezando por mi hija, nació con anemia hemolítica congénita esferositósica; sus riñones, el hígado y el bazo estaban muy grandes; le querían extirpar el bazo, yo no soportaba el dolor de verla a ella sufrir, las transfusiones de sangre que le realizaban se las hacían en la pierna, porque las venas de sus brazos eran demasiado delgadas. Después de ella llegaron mis enfermedades, tenía 3 desviaciones en la columna, 3 quistes en la mama izquierda, 2 en la mama derecha, y de tantos medicamentos me dio gastritis, como si esto no fuera poco mi sobrina estuvo en coma por 22 días y los doctores dijeron que ya no había esperanzas y que si deseábamos podían retirarle el respirador artificial. Después de esto mi madre tuvo 2 comas diabéticos y estaba desahuciada.
Cuando llegué a la Universal
Hice mis pedidos a Dios y sacrifiqué muchas cosas y Él me respondió, hoy mi hija tiene 15 años libre de toda medicina, mi madre, mi sobrina y yo de igual manera, estamos curadas, gracias al poder maravilloso de Dios”.