Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos”. 2 Corintios 13:5
Existe una gran diferencia entre tener fe y estar en la fe. Esa diferencia está en el hecho de Practicar o no la Palabra de Dios.
Por ejemplo hay quienes dicen tener fe, pero no practican esa fe perdonando a aquellos que le ofendieron, ya que Dios enseña sobre el perdón.
Estamos en la fe cuando practicamos la Palabra de Dios, cuando obedecer aquella Palabra se convierte en algo indispensable para nuestra fe.
Muchos hoy en día se sienten vacíos dentro de sí, otros han saboreada el fracaso en todos los aspectos de sus vidas porque simplemente tienen fe, pero no están en la fe, o sea, no la practican.
“¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?”.
No hay como engañarnos al respecto de nuestra fe, podemos pasar desapercibidos delante de las personas, pero delante de Dios, pues el nos conoce en lo más intimo de nuestro ser, a Él no hay como engañarlo.
Sólo una fe que ha sido reprobada no trae ningún resultado.
¿Cómo sabemos que tenemos una fe reprobada? Por nuestras actitudes, acciones, por ejemplo, cuando surge un problema, de repente usted tendrá un momento de ira (todos los tenemos), pero muchos en aquel momento al contrario de colocar en practica el consejo de Dios cuando dice: “airaos pero no pequeis”, la mayoría pierde el control de sus acciones y terminan haciendo cosas que no deberían hacer, en vez de pensar qué o cómo Dios quisiera que procedamos para no ser repobados en nuestra fe.
Amigo lector la fe verdadera nos lleva a tener una mayor intimidad con Dios, pues mis actitudes muestran mi respeto y consideración para aquel que trae un retorno para mi vida cuando manifiesto la fe.