“En paz me acostaré y así también dormiré; porque sólo tú, Señor, me haces habitar seguro.” Salmo 4.8
Los incrédulos quieren vivir en discotecas y trasnochando pensando que así serán felices. Sin embargo, viven con insomnio, tristeza, depresión y atribulados. En cambio, los hijos de Dios, que andan en Sus Preceptos, disfrutan de un sueño saludable y reposan en tranquilidad.