Todo empezó con un desmayo. Una persona que estaba cerca pidió ayuda y me llevaron a emergencias. Los médicos le indicaron a mi esposa que tenía un accidente cerebrovascular isquémico severo.
“NO HABLABA, TAMPOCO PODÍA MOVER EL BRAZO NI LA MANO DERECHA. LOS MÉDICOS ADVIRTIERON QUE TENDRÍA GRANDES SECUELAS”
Después de siete días, fui dado de alta. Ya hablaba algunas palabras, pero 20 días después, tuve otra crisis y me ingresaron de nuevo. Estuve cinco días en la UCI, durante todo ese tiempo, mis hijos y mi esposa nunca dejaron de participar los domingos, me daban el agua consagrada y Dios operó el milagro, aún cuando no me daban expectativas de cura.
•• Sr. Waldir Dias, junto a su esposa