Todos los seres humanos tienen DESEOS y SUEÑOS, el problema es que la mayoría de las personas no saben diferenciar lo uno de lo otro…
Entonces, ¿cuál es la diferencia? Cuando una persona tiene un DESEO, por una necesidad, fantasía, orgullo u objetivo personal, ese deseo, sea el que sea (estudiar, sacar la licencia de conducir, una profesión, casarse, comprar una casa, constituir una empresa, viajar, aprender, hacer cursos superiores, etc.), cuando surge la oposición, dificultades, críticas, los propios sentimientos de cansancio, desánimo, pereza, acomodación, provocan dejar de creer en este sueño, (que no es sueño, sino un deseo), no merece la pena.
Tal persona, entonces, busca y encuentra 1001 razones para olvidar este deseo. Dice “no, en verdad no es para mí, estaba equivocada…”. Cuando esta persona es engañada por un deseo y surgen dificultades, obstáculos, decepciones, encuentra 1001 excusas para desistir, para no luchar en favor de la realización de ese deseo, encuentra 1001 razones para no sacrificar, no perseverar, no proyectar, deja de visualizar ese deseo realizado porque es, apenas, un deseo. Y, cuando es apenas un deseo, esta persona desiste… deja de visualizarlo… no proyecta, y si lo hace, no lo lleva a cabo. No persevera… incluso comienza, pero desiste. Y, asi, JAMÁS SACRIFICA, PORQUE EL SACRIFICIO ESTÁ FUERA DE LUGAR PARA QUIEN APENAS TIENE UN DESEO, probando, así, que no se trataba de un sueño, sino solamente un deseo.
Por eso, la mayoría de los seres humanos son frustrados, amargados, infelices, problemáticos. ¿Y por qué? Porque el 99’9% tienen deseos y los confunden con sueños, porque, cuando es sueño, ¡es diferente! Lo visualiza, proyecta, y persevera; probando así, que no era un deseo, sino un sueño, o sea, no te excluyes, al contrario, te incluyes. Pero, cuando es un sentimento, un deseo, te excluyes del sacrificio, de la perseverancia, del plan y de la visualización. ¡Ahora ya sabes si lo que tienes es un deseo o un sueño!