La FDA ha aprobado Spravato™, un spray nasal con esketamina que constituye una nueva y polémica opción terapéutica para las personas con depresión, que no obtengan buenos resultados con el tratamiento habitual.
El pasado 5 de marzo, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés), responsable de la aprobación de medicamentos en Estados Unidos, liberó la comercialización de una sustancia inhalable, cuyo compuesto principal promete sacar a los pacientes de crisis graves de depresión en dos horas o, a más tardar, en algunos días.
De esa manera, la sustancia actúa apartando ideas suicidas y reduciendo la apatía —que, a su vez, son los síntomas que no dejan que, en muchos casos, el individuo siquiera salga de la cama.
Dicho esto, la medicación ha generado cierta controversia porque es una variante química de la ketamina, un anestésico y narcótico usado en personas y animales. Y según la FDA, entre los posibles efectos secundarios de este medicamento se encuentran las náuseas, mareos, ansiedad, vértigo, vómitos, aumento de la presión arterial, menor sensibilidad, sedación, sensación de embriaguez y disociación, un estado de desconexión. Además, excederse en las dosis puede promover pensamientos y comportamientos suicidas.
Pero ¿qué es la depresión? La depresión es una enfermedad psiquiátrica que afecta a 322 millones de personas en todo el mundo. En Ecuador no se cuentan con estadísticas actualizadas, pero es una realidad en nuestro medio. Junto con la ansiedad, la enfermedad establece una bomba de tiempo en términos de salud pública. Ambas son responsables por índices elevados de incapacitación para el trabajo, reducción de productividad y están asociados al desarrollo de otras enfermedades, como el infarto y la diabetes. Convirtiéndose en la actualidad un fenómeno social, que destruye el núcleo familiar desde adentro.
La cura por medio de la fe
El obispo Renato Cardoso explicó que cuando una persona encuentra a Dios, su vida cambia y sus costumbres empiezan a ser las de Él. Las personas han sido curadas porque acudieron a Dios.
Tomaba pastillas para poder dormir, intenté suicidarme en varias ocasiones y acabar con el vacío que sentía
Mis papás se agredían de forma verbal y física. Al ver eso me volví insegura, nerviosa y huyendo de esta realidad, me involucré con las adicciones.
Sufría insomnio, para dormir debía tomar pastillas. Cuando intentaba descansar, tenía la sensación de que una presencia estaba conmigo.
Me involucré en una relación violenta, yo hacía lo mismo que mi padre, le pegaba a mi pareja. Me deprimí, lastimaba mi cuerpo para intentar sentirme mejor, las autolesiones no mejoraron nada, por el contrario la escena de mi vida sólo empeoraba con el transcurso de los días.
Intenté suicidarme varias veces, en una quise clavarme un cuchillo. También tomé una gran cantidad de pastillas para dormir, ya no me interesaba nada, quería acabar con todo. Intentaba cambiar, pero no podía.
Llegué a la Iglesia Universal por una invitación y encontré la paz que no había logrado en ningún lugar; la primera noche pude dormir sin tomar los somníferos, lo que fue un milagro porque sin ellos no lograba conseguirlo. Participé en las reuniones de los viernes, fui sanada y liberada de todo. Ya no sufro depresión, ni tampoco quiero quitarme la vida, soy feliz”. ( Erika)
La cura en pocos minutos
Todos los viernes, en la Iglesia Universal, miles de personas (por su fe) han sido liberadas de esa enfermedad, considerada el mal del siglo. En el Templo de la Fe, a las 10 de la mañana, se realiza la reunión especial para quienes padecen depresión.
Participe este viernes en la Av. de Las Américas 305, o bien, puede asistir a la Iglesia Universal más cercana a su domicilio.
(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona, los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.