Usted, ¿cuánto estaría dispuesto a pagar por un terreno que contiene un tesoro escondido? Seguramente, sería capaz de pagar un precio muy alto.
“ADEMÁS, EL REINO DE LOS CIELOS ES SEMEJANTE A UN TESORO ESCONDIDO EN UN CAMPO, EL CUAL UN HOMBRE HALLA, Y LO ESCONDE DE NUEVO; Y GOZOSO POR ELLO VA Y VENDE TODO LO QUE TIENE, Y COMPRA AQUEL CAMPO”
Ese tesoro de un valor inestimable es el Reino de Dios.
Muchas personas llegan a la Iglesia en búsqueda de un milagro en la salud, en la familia, económico, sentimental, etc., pero, una vez que lo reciben, algunos, se dan cuenta de que aún les falta algo, que es mayor que cualquier bendición, el Espíritu Santo.
Cuando la persona entiende la magnitud de lo importante que es el hecho de tener el Espíritu Santo en su vida, ella renuncia absolutamente a todo para recibirlo, pues entiende cabalmente que eso es vital, ya que, sólo de esa manera podrá conquistar la salvación de su alma.
Cuando la persona recibe el Espíritu Santo, ella recibe también la dirección de Dios para las demás áreas de su vida, las que a través de una fe practica pasan a ser suplidas por Dios, simplemente, porque esta persona colocó en primer lugar el Reino de Dios y Su justicia.
Por esa causa, no es justo que una persona continúe sufriendo, como si no tuviera más esperanza, sin embargo, cabe decir, que le toca a cada uno entregarse por completo a Dios, renunciar al pecado, sus deseos, su voluntad e incluso, entregarle los problemas que le han causado tristeza, soledad, ansiedad y empezar a obedecer Su Palabra, por ejemplo, bautizándose en las aguas, perdonando, alejándose de lo malo, etc., entonces, estará pagando el precio por ese tesoro escondido.
Usted, ¿estaría dispuesto a entregarse por completo y renunciar a todo por ese tesoro escondido que es la salvación?