Estaba en casa cuando empecé a experimentar síntomas de Fiebre y mucho cansancio, estaba asustado por la posibilidad de que pudiera haber contraído el nuevo coronavirus.
En el hospital me hicieron un examen para verificar si estaba infectado por el Covid-19, lo cual dio negativo. Fue alivio, por un lado, pero preocupación por el otro, ya que no sabía lo que tenía. Estuve en observación por diez días en el hospital, hasta que me hicieron una biopsia de médula ósea. La evaluación mostró que tenía leucemia mieloide aguda. Para empeorar las cosas, también tenía una bacteria en el intestino.
Fueron días de angustia. Pero junto a mi esposa nunca perdimos la fe. Ella acudía a la Iglesia Universal y participaba de la cadena de oración los días martes en favor de mi sanidad. Estábamos seguros de la cura.
Los antibióticos comenzaron a hacer efecto sobre las bacterias, además, me realizaron una nueva biopsia la cual dio como resultado que no tenía nada. ¡La enfermedad desapareció!, gracias a Dios.