Noches mal dormidas, agitación, pérdida de horas de descanso y fatiga. ¿Cómo han sido sus noches? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los disturbios del sueño son el segundo trastorno mental más recurrente en el mundo. Afecta una tercera parte de la populación. Uno de ellos es el insomnio, ya considerado una epidemia mundial.
Más allá de eso, las pocas horas dormidas o la privación de sueño son un riesgo a la salud y pueden desencadenar otras dolencias crónicas. Por ejemplo, obesidad, diabetes, bajo rendimiento inmunológico, hipertensión y enfermedades del corazón, incluso la depresión.
“También sobre su cama es castigado con dolor fuerte en todos sus huesos, (…) Su alma se acerca al sepulcro, y su vida a los que causan la muerte.” Job 33:19, 22
¿Usted es una persona que sufre con los síntomas y las consecuencias del insomnio? ¿Conoce un amigo o ha visto el sufrimiento de un familiar, que hace años no sabe qué es tener paz o una noche entera de sueño?
Intenté sucidarme varias veces
“Varias veces intenté suicidarme porque mi vida ya no tenía sentido, los problemas que enfrentaba me llevaron a pensar en la muerte, además sufría con fuertes dolores de cabeza, migrañas, no soportaba estar en lugares donde habían muchas personas, quería salir inmediatamente de esos lugares.
Por otro lado, empecé a sufrir con insomnio, y el cuadro de depresión que tenía era tan fuerte, que lloraba todo el tiempo y no comía.
Así llegué a la Iglesia Universal, donde, a través de la cadenas de los viernes, fui liberada de todos esos males. Hoy tengo paz, soy una mujer segura y lucho por lo que quiero. Dios me transformó de dentro hacia afuera”. Srta. Rosie Zurita
Sufría con insomnio
“Sufría con insomnio, le tenía miedo a la oscuridad y me sentía atormentada. Por otro lado, sentía odio por mi padre, era una persona muy insegura y tenía deseos de suicidio. Pero cuando empecé a participar en la cadena de liberación espiritual, en la Iglesia Universal, todo fue cambiando. A través de mi fe y perseverancia, Dios me transformó en una nueva persona, los deseos de suicidio desaparecieron, al igual que los tormentos y el insomnio. A medida que fue pasando el tiempo, fui aprendiendo a usar mi fe en los propósitos que se realizan en las reuniones y lo principal, aprendí a obedecer la Palabra de Dios y gracias a Él, hoy tengo paz, alegría y me volví una mujer segura”. Srta. Brenda Suriaga
Al participar de la reunión de Liberación Espiritual, la persona tocará el Manto Consagrado y aprenderá a utilizar la fe, para así alcanzar la liberación de los problemas que lo han atormentado durante mucho tiempo.