Ahí querida, ¿cómo te fue en la prueba? ¿Te fue bien? ¿Crees que apruebas? ¿Qué? ¿No te alcanzó el tiempo para terminar toda la prueba? ¡Tu obligación es aprobar! ¡Tú solamente estudias! ¿No aprobaste de nuevo el examen de ingreso a la Universidad? ¿En serio? ¡Debes tener algún problema! ¡Hace trescientos años que tú estás haciendo el curso! ¿Qué otra cosa haces? ¡Solamente estudias! ¡Debías aprobar esas pruebas! ¡Ve a estudiar, ve!”
Yo sé bien lo que es escuchar cosas exactamente como estas o frases muy semejantes a esas. Tú estudias, estudias, estudias y realmente no haces nada más además de eso; e infelizmente no consigues aprobar las pruebas a las que te presentas. No consigues aprobar las evaluaciones, no consigues sobresalir en las competencias escolares. ¡Simplemente no consigues! Ahí, me quedo preguntando:”¿por qué?” Lo crucial tú lo hiciste, estudiaste. ¡Te dedicaste! Incluso, sacrificaste muchos quehaceres tuyos, voluntades propias en favor de tus estudios y hasta ahora no hubo ningún resultado. ¡Por el contrario! Lo que tú has visto hasta aquí fueron frustraciones y más frustraciones. Sin embargo, ¿será que el problema lo tienes tú? ¿Será que tú no tuviste mucha “suerte”? ¡No! ¡No es nada de eso! ¿Por qué tú no conquistaste hasta ahora? Te voy a decir algo, presta bastante atención.
Tú me dices que estudias, te dedicas, sos organizada, no haces nada equivocado e incluso tienes comunión con Dios. Pero, hasta ahora, no conseguiste conquistar tus objetivos en los estudios. ¿Sabes cuál es el problema? ¡Tu intención! “¡Hola! Quel, ahora yo no estoy entendiendo nada”. ¡Es muy simple! Amiga, si tú quieres aprobar la prueba en la competencia escolar, aprobar el examen de ingreso, sacarte buenas notas, avanzar, en fin, crecer y avanzar en la vida. Tú debes querer eso para la honra y gloria del Señor Jesús, no para tú propia vanidad. Ahí me dices: “¡No, Quel! ¡Jamás! ¡La honra y gloria es toda del Señor Jesús!” ¿Será verdad que tus pensamientos más íntimos son esos? Tal vez, esa “naturaleza carnal” está ahí en el fondo de tu ser, de una manera tan discreta que ni siquiera tú lo percibiste. ¡Mientras tú quieras conquistar, buscando tu propia gloria, nunca conseguirás obtener éxito! Pero, a partir del momento que tu objetivo principal sea exaltar y glorificar al Señor Jesús a través de tu vida, puedes estar segura amiga de que Dios no te hará, apenas, grande sino que te hará la mayor entre todas las naciones de la tierra.
Entonces, analízate. ¡Ve si éste no ha sido tu problema! ¿Por qué quieres sobresalir en la competencia? ¿Por qué quieres tanto aprobar el examen de ingreso a la facultad? ¿Solamente para mostrar y probarle a las personas que tú conseguiste, que eres capaz? ¿Solamente para tener dinero? ¿Tener fama? ¿Ser conocida y reconocida? ¡No, amiga! ¡No pienses así! ¡Cambia tus pensamientos! ¡Busca ser grande para resplandecer la gloria de Dios y para que Él sea aún más glorificado!
Y ahí, tal vez tú estés pensando lo siguiente: “¡Quél, no estoy de acuerdo! Porque conozco a muchas personas que no sirven a Dios y conquistan todo aquello que ellas quieren. Y yo que soy de Dios, hasta ahora no conquisté nada”. Bueno amiga, eso es muy común. ¡Las personas del mundo también conquistan! ¡Y mucho! Sin embargo, es como si apoyasen sus conquistas en un gran campo de arena. En un momento u otro, de la misma manera en la que conquistaron, van a perder. ¡Y con Dios las cosas son diferentes! ¡Dios te da las cosas porque confía en ti! ¡Ve tu intención! Entonces, sabe que difícilmente tú vas a perderte. Con Dios, tus conquistas van mucho más allá de las bendiciones. Es mucho más profundo, ¿entiendes?
¿Tú no has conquistado? ¿No has alcanzado tus objetivos en los estudios? ¿Cada semestre la frustración es mayor? Entonces, ahora es momento de autoanalizarse. ¿Para quién la gloria que tanto buscas? ¿Para ti misma o para Aquel que te trajo hasta aquí? Busca que la gloria sea para Dios en todas las cosas, amiga. ¡Con certeza Él te colocará como principal sobre las naciones de este mundo! ¡Él te sorprenderá! Te dará bendiciones basadas sobre la roca, te hará entender que las conquistas son una pequeña muestra de lo que Él puede hacer por aquellos que lo aman de hecho y de verdad! Y eso amiga, es un hecho. ¡Es maravilloso!
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