«Llegué a la Universal con problemas en todos los ámbitos, el principal era en el área financiera, pues no podía cubrir las necesidades básicas, hasta el punto de no tener agua y luz. A pesar de tener un estudio, mi esposo y yo vivimos de alquiler. Trabajábamos mucho, pero no conseguíamos el éxito, por lo contrario, vivíamos una vida llena de privaciones. Participando de las reuniones y, siguiendo las orientaciones, empezamos a prosperar.
Actualmente tenemos éxito en nuestra carrera, tenemos nuestra propia casa en un terreno con más de mil metros de largo y otras propiedades, terrenos y vehículos importados. Recientemente adquirimos una casa en un condominio, donde tenemos una lancha, jet ski y cuadrones. Todo para nuestro ocio de fin de semana. Hoy disfrutamos de una vida próspera. Y sabemos que Dios tiene más para nosotros.»