El Grupo de Evangelización Penitenciaria está formado por voluntarios de la Iglesia Universal. Para intentar ayudar a estas personas a volver a la sociedad con una nueva perspectiva de vida, la Iglesia Universal se ha esforzado en promover acciones sociales dentro de las unidades penitenciarias, como la donación de material de higiene personal, el apoyo a drogodependientes y la distribución de ejemplares de la Biblia, revistas, libros y folletos con mensajes de fe y aliento. Desde que el grupo de evangelización de la Iglesia Universal superó las barreras de la exclusión e inició el trabajo social, el cambio en el comportamiento de los internos, que participan activamente en las reuniones dentro de la unidad, llamó la atención de los directores que, a su vez, observaron que los reclusos empezaban poco a poco a comportarse de forma diferente.