En el siguiente capitulo podemos ver la importancia de la obediencia ante de Dios. “Entonces volveréis a distinguir entre el justo y el impío, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.” (Malaquías 3:18)
El problema de muchas persona que asisten a la Iglesia es que vienen desesperadas en búsqueda de un milagro y no prestan atención a la Palabra de Dios consecuentemente no practican aquello que escucharon.
La persona justa no es aquella que siempre está a disposición de los demás, siendo caritativa. Tan poco es aquella persona que vive soportando las dificultades o injusticias de la vida.
La única manera que usted sea distinguido entre el justo y el impío es cuando pasa a escuchar y a practicar la Palabra de Dios todos los días de su vida. Si la persona no obedece lo que esta escrito en la Palabra de Dios ¿cómo ella podrá reclamar a Dios sobre cualquier cosa, si ella no es fiel a Su Palabra?
Usted no puede ser de aquellas personas que vienen a la Iglesia a curiosear y dicen: “si mi vida cambia esta bien, pero si no sucede nada me cambio de Iglesia.” Si usted quiere ver en su vida un verdadero cambio, debe aprender a PRACTICAR la Palabra de Dios.
Sí es de aquella persona que practica y obedece la Palabra de Dios, usted esta en todo su derecho de reclamar aquello que fue prometido en Su Palabra, sin embargo, si usted es de aquellas personas que no obedecen, no puede reclamar absolutamente nada y ahora podrá entender porque su vida sigue de la misma manera.
No tiene que aceptar la situación por la que esta pasando, decida hoy su futuro. Usted puede cambiar la historia de su vida obedeciendo la Palabra de Dios y así pasar a ser una persona justa. Con Dios usted gana y no pierde.
El rey David dijo así: “y no he visto al justo desamparado, ni a su descendencia mendigando pan.” (Salmos 37: 25)
David era un guerrero de Dios que enfrentaba y vencía todas las batallas. Una cosa es usted asistir a las reuniones y otra completamente distinta es participar en las reuniones.
Si usted no ve resultados en su vida es porque está ignorando la Palabra de Dios. Tenga por seguro que aquella persona que confía y practica Su Palabra nunca será desamparado e ignorado por ÉL.