La Palabra de Dios es el alimento para el alma del ser humano. Cuando usted está embriagado por la Palabra de Dios, podrá vencer todo y será feliz. Es la obediencia a esa Palabra lo que hace posible que el ser humano se torne UNO con Dios.
“Pero el que se une al Señor, un espíritu es con Él”. (1 Corintios 6:17)
Para entender mejor cómo es que el hombre, siendo materia, puede tornarse uno con Dios, siendo Él Espíritu, haremos una comparación con el matrimonio, éste se establece en la creencia de la palabra del uno para con el otro.
“Te seré fiel hasta que la muerte nos separe…”, bajo este juramento los dos se tornan una sola carne. Igual sucede entre el ser humano y el Altísimo.
Cuando hay una creencia en la Palabra de Dios, y honramos también nuestra palabra, entonces nos tornamos un sólo espíritu con Él. Quiere decir, que no basta apenas hablar que se cree en Dios y sí mostrar esa creencia a través de una entrega con acciones de obediencia a lo que está escrito en Su Palabra, practicándola y viviendo conforme a ella. Y es eso que lo vuelve UNO con Dios.
Sólo la palabra mutua, tiene el poder de unir la materia al espíritu. Dios habla, y yo obedezco honrando a mi palabra.
Es como los héroes de la fe, ellos fueron hombres que cuando escucharon la palabra de Dios dijeron “yo creo” y se unieron a Él, hombres que no eran santos, ni perfectos, tenían sus limitaciones y miedos, pero por la obediencia a la Palabra se tornaron uno con Él cuando obedecieron a Dios ellos lograron vencer hicieron que lo imposible se tornara una realidad. Y así como ellos vencieron también nosotros podemos vencer los problemas, haciendo una alianza con Dios, pero debemos obedecer Su Palabra.
De esa forma es establecido un compromiso. Siendo así, tenemos derecho de hacer exigencias, porque estamos cumpliendo con nuestras obligaciones. Escrito está: “Porque Yo velo sobre Mi palabra para cumplirla”. (Jeremías 1:2)
Dios muestra en este versículo que Él quiere que Sus promesas se cumplan en el ser humano, pero depende de que usted se empeñe en cumplir su palabra poniendo en práctica la Palabra de Dios.
Dios está esperando que usted reciba y asuma ese compromiso con Él.