LAS PIEDRAS PRECIOSAS SON CREADAS POR LA NATURALEZA, RARAS DE ENCONTRAR Y TIENEN UN PRECIO MUY ELEVADO.
Las joyas que tienen piedras preciosas, ¿a quién no le gusta? A todos nos gustan, ¿verdad? Ellas son preciosas y muy valoradas, especialmente aquellas piedras que son naturales, raras y costosas. Durante la creación, Dios pensó en eso como una demostración de su amor, pero para obtener esa piedra preciosa, la persona debe ir a la profundidad de la tierra, si no ella nunca la va a encontrar.
Justamente Dios ve a todos aquellos que obedecen y confían en Él, como piedras preciosas que son muy raras de encontrar. De esta manera tiene que ser la mujer y el hombre de Dios. No cualquier persona puede tener el placer de conocerla(o), como no cualquiera puede obtener una joya preciosa.
Sabemos que, en estos tiempos, los valores de las personas son diferentes. Ahora guardarse para el día de la boda es una cosa antigua, no tener relaciones íntimas es cosa de locos, no tener hijos es cosa de otro mundo y la lista es infinita, pero, aún así, uno tiene que aprender a tener un valor de la misma manera como Dios nos ve.
Todos tenemos que aprender a reconocer el verdadero valor que uno tiene para poder comenzar una relación o para formalizarla. Si el hombre no sabe valorar a la mujer o viceversa entonces esta persona nunca logrará verla como Dios la ve.
“Los maltratos y humillaciones de mi esposo me llevaron a pensar que no tenía ningún valor”
«Mi esposo era una persona violenta, constantemente me maltrataba y me humillaba. Sus palabras eran tan ofensivas que eso me llevó a caer en una profunda depresión. Llegué a pensar que yo no valía para nada.
Él tenía el vicio del alcohol, lo que provocó que viviéramos en la pobreza, pedíamos prestado para poder pagar la renta de un pequeño cuarto. Los maltratos, vicios y pobreza que estaba viviendo, me llevaron a intentar suicidarme en 3 ocasiones.
Participando de las reuniones de la Terapia del Amor, Dios fue actuando en nuestras vidas y nos enseñó el valor que ambos tenemos. Mi esposo fue libre del vicio del alcohol y su carácter fue transformado. Dios me liberó de la depresión y los deseos de suicidio.
Así fue como poco a poco nuestra relación se ha fortalecido porque hemos aprendido a cuidar nuestro amor en contra de cualquier pensamiento negativo. Hoy podemos brindar lo mejor para nuestros hijos, además conquistamos nuestra propia casa.»