Antes de participar en el Congreso para el Progreso, mi vida estaba llena de problemas, enfermedades, pensamientos negativos y tenía un temperamento muy fuerte. Por otro lado, pensaba en el suicidio porque no veía una solución para todos los problemas que estaba teniendo con mi esposo y en mi vida financiera.
Mi sufrimiento terminó cuando llegué a la Iglesia Universal. Comencé a participar los lunes en el Congreso para el Progreso, donde aprendí a usar mi fe para poder cambiar la situación que estaba viviendo. De esta manera fue como logré ver los resultados positivos que tanto deseaba obtener.
Poco a poco vencí la negatividad, el miedo y la frustración. De esa manera fue como me lancé e hice un Pacto con Dios, pues estaba indignada de vivir una vida limitada y de humillaciones.
A través de esa actitud de fe fue como mi vida dio un giro de 180 grados. Hoy puedo decir que mi vida nanciera progresó, he logrado obtener mi propio negocio de alimentos, el cual prospera día a día.
La abundancia no sólo vino en el área nanciera, sino en todas las áreas de mi vida, Dios restauró mi matrimonio, disfruto de buena salud, vencí el deseo de suicidarme, tengo paz, alegría y equilibrio emocional.
Hacer un pacto con Dios ha sido la mejor decisión que tomé.
•• Sra. Manuela Campa