Su vida ha sido víctima de la injusticia
Hoy en día podemos darnos cuenta que vivimos en un mundo lleno de injusticias. Sin embargo, día a día debemos convivir con aquello, ya que por más que nos desagrade tenemos que seguir adelante, cuántas veces hemos visto: a la esposa dedicar tiempo para atender a los hijos, a su marido y a su casa, pero el marido no la valora, los hijos no la respetan y además la humillan a diario. ¿eso es justo? ¡obviamente no! Detrás de todos los problemas que usted padece, existe una fuerza del mal, pues quien cree en Dios no acepta vivir ese tipo de situaciones.
Muchos piensan que por simplemente decir: “creo en Dios y tengo fe” será suficiente para que sus problemas sean resueltos, pero la realidad no es así, la persona tiene que indignarse en contra de la situación para poder obtener la justicia de Dios que tanto anhela.
El mayor problema de los que dicen ser cristianos es que están esperando que Dios se manifieste en sus vida. Y no se indignan ante la situación para poder resolver su caso que delante de los ojos humanos es imposible. Y así la persona abandona y no cree que Dios puede juzgar su causa, y al hablar de ellas no estamos hablando de una causa delante de un juzgado, en el libro de Lucas capítulo 18 versículo 2, cuenta la Parábola de la viuda que no desistió de su causa.
“Había en cierta ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre alguno. Y había en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él constantemente, diciendo: ‘Hazme justicia de mi adversario.’ Por algún tiempo él no quiso, pero después dijo para sí: ‘Aunque ni temo a Dios, ni respeto a hombre alguno, sin embargo, porque esta viuda me molesta, le haré justicia; no sea que por venir continuamente me agote la paciencia.’ Y el Señor dijo: Escuchad lo que dijo el juez injusto. ¿Y no hará Dios justicia a sus escogidos, que claman a El día y noche?”
Podemos notar que aquella mujer no desistió delante del juez injusto, ella perseveró a pesar de que no tenía con quién contar, nosotros tenemos a Dios, el justo Juez.
Si aquel juez injusto hizo justicia con aquella mujer desconocida, ¿será que Dios no va hacer justicia con nosotros que somos Sus escogidos? “
¿Se tardará mucho en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. No obstante, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra? ” (Lucas18:7-8).
Vea que la justicia de Dios depende de la fe que cada persona tiene. La manifestación de la fe es lo que hace que nuestra causa sea juzgada por Él y así obtengamos una pronta respuesta.