Sé que he estado ausente aquí en mi blog y eso me incomoda bastante, especialmente cuando sé que muchas de ustes pasan por aquí para ver si hay un post nuevo y no hay nada . Gracias a Dios por mi querida amiguita Núbia que aún le da vida a este blog, ¡por lo menos cada miércoles!
Todos los días tengo que elegir las prioridades de ese día: Lo que es más importante, lo que hará una diferencia mayor, lo que va a dar mayores resultados, lo que agradará más a Dios… y es por eso que finalmente no alcanza el tiempo para los post… en realidad, tendría tiempo su usase el poco tiempo que tengo para descansar y cuidarme, pero ¿de qué sirve hacer mucho y perder la propia salud en eso???
¡El equilibro es todo, chicas!
Vamos a lo que el título del post refiere: nuestra visita a Guayaquil, Ecuador. No tuvimos tiempo de conocer la ciudad, pues estuvimos solo 48 horas, y solo pudimos visitar dos iglesias, pero quiero compartir con ustedes… ¡qué pueblo querido! Dio ganas de quedarnos por allá.
Mientras tanto, me gustaría compartirles lo que Dios me habló durante esta visita:
Todas nosotras tenemos nuestras fases y, por más obvio que parezca, la mayoría de nosotras no se da cuenta de eso. Si yo pudiese contar las fases que atravesé, sería así:
- Cris, la recién casada en luna de miel – Feliz, animada, súper dedicada a mi papel de esposa. ¡Esto duró un año!
- Cris, la recién casada en fase de adaptación – Insegura, celosa, carente, complicada. ¡Duró 11 años!
- Cris 1.0 – Finalmente, después de salir del capullo, una nueva Cris más segura de sí misma y confiada. ¡Esto duró 9 años!
- Cris 1.5 – Desafiada a hacer lo que siempre evité hacer: hablar en público. ¡Duró 2 años!
- Cris 2.0 – Feliz, confiada, madura, más comprensiva. Esta es mi actual fase.
Quiero decir que no podría ser quien soy hoy durante mi fase de adaptación, ni en cualquier otra fase que ya atravesé, por razones obvias: AUN NO HABÍA PASADO POR LO QUE PASÉ PARA LLEGAR A MI FASE ACTUAL.
Amigas queridas, no quieran ser como fulana o mengana; no se queden comparándose. Cada una está pasando por su fase actual, y cada una necesita vencer y superar esa fase. ¡Observa el tiempo que demoré en superar la segunda fase! Eso es porque en la época yo no tenía lo que ustedes tienen: libros de auto-ayuda, charlas de la Terapia del Amor, curso Matrimonio Blindado, Godllywood, blogs, programa de TV y radio, etc.
Y debes tener esto en mente: en mi fase Cris 1.0, pensaba que había llegado a mi límite – ¡para nada! Recién estaba comenzando . Seguramente, mi fase actual no es la última… ¡solo si el Señor Jesús me lleva! Pero tengo plena consciencia de que aún tengo muchas otras fases para alcanzar – ¡Eso sí es disfrutar la vida! Estar siempre mejorando, desafiándome, teniendo algo que superar…
Tengamos respeto por quien ya pasó por muchas fases y seamos comprensivas con quien aún está comenzando las suyas.
¡Besos y queden en la fe!