Existen muchas personas que en su afán de darle un fin a sus problemas fueron a lugares considerados fuertes, porque creyeron que encontrarían una solución, pero en realidad apenas acabaron atrayendo para sí, fuerzas y energías negativas.
Infelizmente después de haber pisado en esos lugares, muchos puntos de su vida quedaron expuestos para que fuerzas del mal actúen libremente, por eso existen personas que viven depresivas, enfermas, infelices en el amor, pensando en que era mejor estar muerto que seguir viviendo.
Si usted cree que pisó en lugares considerados fuertes, pero su vida quedó en tinieblas y todo empeoró, llegó la hora de pisar en un lugar más fuerte.
En la Iglesia Universal nosotros invocamos el único Nombre que realmente tiene poder para arrancar todos los males de raíz, Quien dijo ser la Luz del mundo y afirmó que aquellos que creyeran en Su Palabra no andarían más en tinieblas.
PUNTO DE LUZ
Miles de personas en Ecuador, han comprobado el poder de la fe en el único Señor y Dios, esto es, Jesús, a través de Quien han quedado liberadas y han sido transformadas en nuevas personas, con nuevas perspectivas de vida.
Él, a través de la Palabra Sagrada, nos dio un arma infalible para arrancar el mal y combatirlo para que estos nunca más puedan prevalecer en la vida de las personas, la fe.
Participe este Viernes y pise en el Punto de Luz, para que el ciclo de cualquier maldición o problemas espiritual sea quebrado y además, todas las energías negativas sean arrancadas de su vida, y así sus caminos sean iluminados y abiertos.
En la oportunidad usted recibirá de manera gratuita el Punto de Luz y por la fe, a través de la oración fuerte, usted quedará libre de aquellos espíritus malignos que han destruido varias o todas las áreas de su vida.
Deseaba y pensaba en la muerte todos los días
El bullying sufrido en la infancia, me llevó a cambiar mi aspecto para ser aceptada por los demás.
Cada vez me gustaba más lo que era sombrío, con eso conseguí hacer más amistades. Estaba siempre rodeada de gente en el colegio, pero en casa, la tristeza y la angustia volvían.
Acostumbraba a usar ropas negras y maquillaje impactante, que reflejaban la tristeza y oscuridad que estaban en mí.
Las amistades, las relaciones y la opción por varios tipos de entretenimientos ya no eran suficientes, para aliviar el dolor que cargaba en mi interior.
La depresión comenzó a hacer parte de mis días, lloraba mucho, prácticamente todas las noches, y no tenía fuerzas para vencer aquella situación.
Fue así que comencé a pensar en la muerte, le pedía a Dios que me quitara la vida, no tenía valor para hacer algo en ese sentido, pero imaginaba como sería si yo cayese de un puente, fuese atropellada por un carro o recibiera un disparo.
Entendí que el Único de quien necesita era Dios, pues nada conseguía aliviar mi dolor y angustia. Participando los viernes Dios iluminó mi interior, que antes era vacío y oscuro. (Srta. Caroline)