Ha llegado el momento de que tu vida pase por una transformación completa en la Hoguera Santa. En esta campaña de fe estaremos en el lugar donde el Señor Jesús se entregó por completo: Getsemaní.
Alma por alma: el precio de la esencia
La Palabra es clara:
«Pero buscad primero Su Reino y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» (Mateo 6:33).
De esta manera, todo lo que necesitas para una vida plena estará dentro de ti, cuando recibas el bautismo con el Espíritu Santo.
El jardín de Getsemaní, en su esencia, era una especie de fábrica de aceite, un lugar de prensado donde una enorme piedra pasaba sobre las aceitunas, triturándolas para extraer su esencia. Es un símbolo poderoso: la persona tiene que poner su propia esencia en el Altar.
La Biblia también dice:
«Pues ¿qué dará un hombre a cambio de su alma?» (Marcos 8:37).
El precio de ese rescate fue pagado por el Hijo de Dios. Y hoy nosotros contribuimos con nuestra parte del sacrificio al sujetarnos a Él.
El Señor Jesús dijo que Su alma estaba profundamente triste (lee Mateo 26:38) cuando se entregó. Asimismo, la persona también sentirá la tristeza de la renuncia al entregar su alma —su voluntad— en el Altar. Es un sacrificio, pero el resultado es incomparable: al recibir el Espíritu Santo, recibirá la verdadera plenitud.
Vaciarte para ser lleno de Él
Aunque Dios tiene poder para realizar milagros, Su mayor deseo es que las personas tengan el nuevo nacimiento. Por eso, es necesario ser consciente del valor del alma; tu alma es tu esencia. Y solo tú puedes entregarla a Dios. Por esta razón es «alma por alma».
- Por ejemplo: ¿le entregaste tu corazón a alguien y esa persona te traicionó? ¿Y ahora? Entrégale tu alma herida a Él, para que sea un alma alegre, restaurada y fortalecida.
- ¿Dónde está tu corazón? ¿En un dolor del pasado? ¿En un deseo no alcanzado? En lugar de eso, colócalo en el Altar de Dios.
La esencia de la Hoguera Santa en el Jardín de Getsemaní es esta: vaciarte de ti mismo, de tu voluntad, deseos y planes que no se alinean con la Palabra, para ser lleno del Espíritu Santo, rendir tu voluntad a Dios.
Jesús solía ir frecuentemente con Sus discípulos al Jardín de los Olivos para orar, reunirse y conectarse con el Padre. Y de todas esas veces, la más importante fue la noche en que fue traicionado y detenido; con un beso, Judas lo traicionó. En ese lugar, el Señor Jesús derramó la primera gota de sangre.
¡Es tu oportunidad!
En Getsemaní, el Señor Jesús entregó todo al Padre (lee Isaías 53:10-11). ¿Y tú? El Señor te está llamando a una entrega completa.
No dejes pasar esta oportunidad. En esta Hoguera Santa, entrega en el Altar tu esencia: tu alma. El alma lo es todo. Al hacerlo, el todo de Dios vendrá sobre ti.