La gloria de Dios
Y cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa del SEÑOR. Y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar por causa de la nube; porque la gloria del SEÑOR había llenado la casa del SEÑOR. 1 Reyes 8:10-11
Solo cuando el hombre sale, la gloria de Dios puede entrar.
Dios creó todo, realmente todo, en seis días. Y todo perfecto.
Muchos están dentro de las iglesias hace 1, 2, 3, 10 años y ya recibieron incluso algunos milagros, pero cambiar, la vida aún no cambió.
No hay nada extraordinario en su vida con Dios, ¿por qué?
El hombre todavía no salió, o sea, lo que predomina es la voluntad propia, es el yo. Dios no puede colocar Su Gloria, porque el hombre interior aún no salió, como dijo Pablo en Gálatas 2:20… y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.
La persona tiene que vaciarse, tiene que dejar que Dios dirija. Todos los que lo hicieron vencieron y vivieron lo extraordinario.
Abraham dejó que Dios dirigiera y vio lo extraordinario.
Gedeón dejó que Dios dirigiera y vio lo extraordinario.
Moisés dejó que Dios dirigiera, sacó a millones de la esclavitud de Egipto y vio lo extraordinario.
El Sr. Claudio, ex mendigo, dejó que Dios dirigiera y vio lo extraordinario.
La pequeña Ester murió, la madre fue al Altar y lo extraordinario sucedió.
El Sr. Darci vivió 40 años en la calle, recibió el sobre de la Hoguera Santa – aun sin entender nada – dejó que Dios dirigiera y hoy vive lo extraordinario.
El obispo Macedo dejó que Dios dirigiera y ahí está el Templo Extraordinario.
¿Qué es más fácil para Dios: tener que hacer todo el mundo otra vez (sol, estrellas, el Universo entero) o cambiar la vida de una persona? La respuesta es: hacer todo el mundo otra vez. ¿Por qué? Por causa del libre albedrío. El sol no dice que quiere brillar más o menos, simplemente Dios lo dirige.
Dios solo puede cambiar la vida de quien Le entrega todo. Es rápido cuando la persona se vacía, deja todo en el Altar, sacrifica y deja que el Señor controle todo, ¡entonces vence!
El sacrificio estaba en el Altar, los sacerdotes salieron, y la Gloria de Dios llenó el Templo.
La persona quiere una mansión, un hermoso auto, una familia linda y maravillosa, etc. Pero la pregunta es: ¿Usted ya se vació para que la Gloria de Dios llene su vida?