«El bautismo con el Espíritu Santo es la plenitud o la totalidad de Dios dentro de nosotros. Significa el poder, la fuerza, la valentía, la intrepidez para vivir tal y como el Señor Jesús vivió en esta Tierra. (…)
Cuando alguien es bautizado con el Espíritu Santo, recibe inmediatamente el poder para servirlo como instrumento en Sus manos; también para servir como testigo de la resurrección del Señor Jesús, no solo en el sentido de hablar sobre lo que está escrito en la Palabra de Dios, sino de ser como el propio Señor Jesús: un testigo vivo de Alguien vivo».
*Fragmento extraído del libro Estudios Bíblicos del obispo Macedo.