Templo de Salomón
Querido obispo Macedo,
Mi nombre es Henry y tengo 48 años. Durante toda mi existencia tuve mi fe inquebrantable en mi religión y, como judío, siempre creí en lo que me fue enseñado desde que era niño.
Mi esposa es cristiana de la Iglesia Universal en mi ciudad, Bello Horizonte. Ella siempre me habló al respecto de Jesús y que Él es el Mesías. Siempre me ofreció pruebas de eso, y yo siempre se lo retruqué, diciendo que no lograba creer.
Sin embargo, comencé a frecuentar la Universal con ella y eso se volvió algo placentero para mí. Ella me dijo que, así como le había sucedido al apóstol Pablo, el día en que Jesús apareciera en mi vida, todo iba a cambiar. Fue de hecho lo que sucedió. Me convertí y fui bautizado hace cerca de tres meses y soy un nuevo hombre.
El motivo de este contacto (además de la breve introducción), es que soy el vicecónsul de Rusia en Minas Gerais, y me gustaría mucho participar de la inauguración del Templo de Salomón el día en el que estarán presentes las autoridades. Todo lo relacionado al Templo posee un significado muy especial para mí, pues nunca dejaré de ser judío, pero hoy soy un judío cristiano transformado por la Verdad arrebatadora de Yoshua Mashiach.
Le agradezco desde ya y que Dios lo bendiga.
Henry Soltz