La mendicidad no es tan solo el resultado de la pobreza sino, también una consecuencia al incremento de la drogadicción y dependencia de algún tipo de vicio.
Son muchos los casos de personas, entre ellos hombres y mujeres de todas las edades e incluso niños que viven como indigentes por causa de las adicciones.
Hay quienes llegaron al punto de abandonar a sus familias o fueron expulsados de sus hogares por causa de algún tipo de vicio, algunos llegaron al extremo de sacrificar todas sus pertenencias a cambio de un sustento para suplir sus adicciones.
Muchas de estas personas terminan comiendo restos en los basureros ya que lo poco que ganan lo terminan gastando en drogas y se ven en un callejón sin salida, creyendo que su situación no tiene solución.
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USTED NO ES “UN CASO PERDIDO” NO IMPORTA HASTA QUÉ EXTREMO LLEGÓ POR CAUSA DE LOS VICIOS, ¡SI EXISTE UNA SOLUCIÓN!
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ME VI COMIENDO RESTOS DE COMIDA QUE ENCONTRABA EN LOS BASUREROS.
Sufrí maltratos desde mi infancia, mi padre me golpeaba a tal punto de que un día llegó a romperme los dientes a causa de tanta rabia. Crecí con odio hacia él, quise matarlo con un cuchillo.
CRECÍ CON ODIO HACIA MI PADRE, QUISE MATARLO CON UN CUCHILLO.
A partir de los 12 años empecé a consumir drogas: cigarrillos, marihuana, cocaína, alcohol, y otras drogas aún más fuertes. Cuando crecí empecé a practicar magia negra y gracias a eso conquiste muchos bienes pero los perdí por causa de mis adicciones. Después de haber tenido todo, me vi comiendo restos de comida que encontraba en los basureros. Me sentía cansado de la vida que llevaba.
Así llegué a la Iglesia Universal, por una invitación de mi papá. Quería tener una nueva vida y Dios me dio la paz que tanto anhelaba. Hoy estoy libre de las drogas, ya no siento odio por mi padre. Toda mi vida fue transformada.
•• Sr. Marcos Ramos